Merval: Bajo la percepcion de riesgo sistemico y volvio el optimismo
Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA
Prácticamente todas las inversiones, algunas más, otras menos, conllevan algún tipo de riesgo (como todos sabemos) pero en el caso específico de la inversión en acciones, cuando uno invierte en ellas asume una serie de riesgos que podríamos agrupar en dos categorías principales: Riesgo sistémico y riesgo no sistémico (poco creativa la clasificación).
El riesgo no sistémico es aquel que asumimos al invertir en una empresa o sector en particular y es un riesgo que tiene pocas probabilidades de trasladarse a otras empresas o sectores. Dicho de otro modo, si yo invierto en una empresa voy a estar expuesto a todos los riesgos que esa empresa en particular pueda tener, no sólo por el tipo de actividad que realiza sino también por la situación que esté atravesando el sector al cual pertenece. Por ejemplo: Si hubiéramos invertido en BMA durante el año pasado, en Noviembre nos hubiéramos llevado un gran disgusto cuando su presidente, Jorge Brito, quedaba implicado en una causa judicial, lo cual afectó negativamente a la reputación del banco y motivó a muchos inversores a vender. Este hecho sólo afectó a la acción de este banco y no se contagió a las demás acciones del sector, con lo cual, se trató claramente de un caso de riesgo no sistémico ya que sólo afectó a los accionistas de BMA.
Como se estarán imaginando, la mejor manera de atenuar este tipo de riesgos es la diversificación, no sólo de empresas sino también de sectores ya que nunca sabemos lo que puede suceder en el futuro ni los imprevistos que pueden llegar a tener las empresas en las que invertimos, y menos aún en una economía tan volátil como la nuestra por lo que, en base a eso, el mejor recaudo que podemos tomar ante este riesgo es la diversificación de nuestro dinero en varias acciones de diferentes sectores.
El riesgo sistémico es aquel riesgo que asumimos al invertir en un país específico o en un mercado específico ya que al hacerlo, asumimos riesgos a los que no estaríamos expuestos si hubiéramos invertido en otros países o mercados ya que, no solo la legislación financiera, los impuestos y las regulaciones para la operatoria cambian de un país a otro sino que, principalmente, el contexto macroeconómico puede variar muchísimo de un país al otro, siendo además, en muchos casos, el principal causante de que el resultado de nuestra inversión termine siendo muy bueno o muy malo a largo plazo.
La única estrategia que podemos adoptar con el objetivo de disminuir este tipo de riesgo es la que consiste en invertir en varios mercados a la vez, aunque lo cierto es que, durante los últimos 20 años, las crisis que sufrieron los mercados nos han dejado por demás de claro que todos ellos están correlacionados entre sí y que, por lo tanto, este es un riesgo casi imposible de evitar.
Todo el mal rendimiento que viene experimentando los activos financieros argentinos durante este 2018 puede resumirse en el hecho de que el riesgo sistémico de nuestra economía (también llamado ‘riesgo argentino’) aumentó enormemente a partir del 28 de Diciembre del año pasado pero desde fines de Agosto, parece ser que estamos iniciando la recuperación.
Como podemos ver en los gráficos anteriores, el riesgo país (que representa el riesgo sistémico del gobierno argentino) y el Merval (que representa a nuestras acciones) continúan estando negativamente muy correlacionados y como se imaginarán, la veníamos pasando bastante mal mientras el riesgo país subía y las acciones no paraban de caer pero, afortunadamente, la situación mejoró mucho para todos aquellos que estamos invertidos en acciones desde que el gobierno anunció que iba a modificar su acuerdo inicial con el FMI de tal manera de garantizarse el financiamiento para 2019 e incluyendo en el mismo el llamado “déficit cero” (aprobación del presupuesto mediante). A partir de ese momento, la situación dio un giro de 180° y desde hace dos semanas nos encontramos en plena recuperación, la cual incluso, en el día de hoy, llegó a mostrarnos al Merval marcando un nuevo récord histórico en pesos e iniciando, como era de esperarse, la correspondiente toma de ganancias.
¿Tan malo era el primer acuerdo con el FMI que ya tuvieron que pedir uno nuevo? El acuerdo inicial con el FMI le permitía al gobierno cumplir con sus necesidades de financiamiento para los próximos años, pero siempre y cuando los mercados se calmaran y el riesgo país bajara lo suficiente como para permitirle al gobierno continuar emitiendo en Wall Street la cantidad de deuda necesaria para cerrar su déficit fiscal y cumplir así con las metas impuestas por el Fondo monetario pero, como todos ya sabemos, dicho acuerdo no calmó en absoluto a los mercados que lo vieron como insuficiente, tanto en dinero otorgado como en metas de ajustes y por lo tanto, lejos de volver a pensar en comprar activos financieros argentinos, los inversores extranjeros continuaron saliendo masivamente de ellos, ya sean bonos, Letes, Lebacs o acciones y provocaron así una suba récord del riesgo país que casi llegó a los 800 puntos a principios de Septiembre. Ante semejante nivel de riesgo país, la emisión de deuda en el exterior para terminar de cerrar el déficit de 2019 se volvió prohibitiva y por lo tanto, al gobierno no le quedó otra alternativa más que volver a recurrir al FMI y pedirle más dinero para, esta vez sí, calmar definitivamente a los mercados y cerrar su déficit 2019.
La recuperación de los bonos y las acciones (además de la baja del dólar) que estamos viendo desde hace dos semanas responde principalmente a que el mercado descuenta que la semana que viene se anunciará el nuevo acuerdo con el FMI y a que el gobierno logrará aprobar el presupuesto 2019 generando así un marco de relativa estabilidad económica que le permita llegar al fin de su mandato con una economía en estanflación pero con todo más o menos ordenado para intentar relanzar un proyecto económico para 2020 (si es que Macri logra la reelección).
En definitiva, nos encontramos apenas en el inicio de la recuperación, tanto de las acciones como de los bonos y por lo tanto, luego de varios meses puedo volver a afirmar que nos encontramos nuevamente en momentos de compra pero en este caso, contamos con la ventaja adicional de que prácticamente todas las acciones de nuestro mercado han quedado baratas en algunos casos y ridículamente baratas en muchos otros así que, si a eso le sumamos los fondos de mercados emergentes que tienen que comprar nuestros adrs antes de Junio de 2019, podemos imaginar que es posible que estemos ante el inicio de una nueva tendencia alcista que, aún con tomas de ganancias y todo, es posible que se extienda por los próximos 6 meses.
Mis sugerencias de compra, como se imaginarán, no difieren mucho de las que ya he dado en mis anteriores informes: CVH, MIRG, GGAL, CEPU, TGSU2, TRAN, IRSA, BYMA.
Informe en video del Merval:
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