Merval: Bajo volumen, altas tasas e inversores desconfiados
Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA
Luego de una muy buena primera semana de Julio que nos esperanzó y nos hizo pensar que habíamos llegado al piso e iniciado la recuperación, la segunda semana de Julio nos trajo un baño de realidad que nos confirmó que la debilidad continúa y que nuestras acciones, a pesar de estar baratas, todavía no son capaces de captar el interés de los inversores. Las razones de esto, por supuesto, son varias pero creo que las principales son las siguientes:
- Las tasas de las Lebacs se mantienen en torno al 50%.
- Se espera cerrar el año con una tasa de inflación en torno al 30%.
- Se espera que la economía entre en recesión por los próximos 6 a 9 meses.
Como seguramente sabrán, inflación + recesión es igual a estanflación y evidentemente, un contexto como este es totalmente desalentador para la inversión en bolsa, más aún con una tasa libre de riesgo en torno al 50%, así que, como se imaginarán, lejos de alentar la inversión en bolsa, este contexto invita a refugiarse en el dólar y/o en la tasa en pesos, evitando tomar riesgos hasta que el panorama económico y político se aclare un poco brindándonos alguna certeza.
Como vemos en el gráfico, el Merval continúa estando en ‘zona de peligro’, testeando nuevamente la línea de tendencia alcista de largo plazo y manteniéndose muy cerca del nivel de 61,8% de retroceso de Fibonacci, el cual vendría a ser en este momento nuestro último piso por encima del cual podemos continuar afirmando que estamos moviéndonos en tendencia alcista de largo plazo ya que, si el índice cae por debajo de los 26.000 puntos, pasaremos entonces a encontrarnos en tendencia lateral y se nos habilitará una posible baja hasta los 21.000 puntos que, al menos en mi caso, no veo factible si tenemos en cuenta los fundamentos de las empresas cotizantes, aunque también es cierto que en momentos como este, flujo mata fundamento.
A pesar de que en el gráfico no se ve, el bajo volumen fue uno de los protagonistas de la semana, el cual, en este caso, es algo bueno y malo a la vez. Me explico:
- ¿Por qué puede ser visto como algo bueno? Ver a un índice o una acción caer con bajo volumen es algo que podría considerarse ‘bueno’ (a pesar de que a nadie le guste que bajen los precio) por el hecho de que, en la bolsa, los precios pueden caer ‘por su propio peso’ aunque para que suban sea necesario que veamos un aumento en el volumen operado. Vamos con un ejemplo: Si muchos inversores creen que una acción está barata y que representa una buena oportunidad de compra, seguramente saldrán a comprarla al precio de mercado y harán subir los precios con aumento de volumen pero, por el contrario, si el contexto de una acción, un sector o un mercado es negativo de corto plazo pero positivo de mediano-largo plazo, es evidente que los grandes inversores se mantendrán comprados pero que habrá pequeños e impacientes inversores que decidirán salir y al no encontrar compradores suficientes a causa del contexto negativo actual saldrán a ofrecer sus acciones a precios cada vez más bajos hasta encontrar liquidez, haciendo caer de esta manera el precio de la acción pero operando un bajo volumen, de tal manera que, si miramos sólo el precio y no el volumen operado, no estaremos perdiendo la mitad de la película.
- ¿Por qué es generalmente visto como algo malo? Porque es la clara evidencia de que en este momento no hay en el mercado interés por parte de los inversores en adquirir acciones de empresas argentinas y si no lo hay es precisamente porque los inversores estiman que los próximos balances van a venir mal o, al menos, que no serán tan buenos como se esperaba hasta hace apenas unos meses atrás. Evidentemente, si uno estima que la economía de un país entrará en recesión no se va a sentir muy inclinado a comprar acciones de sus empresas, sobre todo sabiendo que los datos muestran que no necesariamente un país que crece económicamente tendrá un mercado de valores alcista (como viene sucediendo en China) pero que un país en recesión sí es generalmente acompañado por una baja en sus mercados de valores, como sucedió en EEUU durante el período 2000-2003 y durante 2007-2009. En base a eso, serán entonces los balances que próximamente comenzarán a llegar los que se encarguen de darles o no la razón a los inversores con respecto a si las empresas están baratas en relación a las ganancias que están obteniendo o si, por el contrario, los inversores están en lo correcto y la situación actual de nuestro país logró hacer mella en las ganancias de las empresas cotizantes.
Como conclusión , estamos en un momento de espera e incertidumbre, con un mercado que, al igual que sucede con el contexto económico del país, tiene más dudas que certezas, las cuales quedan reflejadas en las caídas de precios y en el bajo volumen operado. Las expectativas de corto plazo de los inversores son evidentemente malas y por lo tanto, no nos queda otra más que esperar a que lleguen los balances del 2do trimestre para que nos confirmen si efectivamente lo que el mercado está descontando a través de los precios está correcto o si por el contrario, hay un exceso de pesimismo injustificado que representa más bien una oportunidad de compra y no tanto una señal de venta.
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