Merval: Comenzo el acuerdo FMI 2 y plan Emision 0%”
Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA
La economía argentina tiene la capacidad de lograr que nunca nos aburramos durante una semana de mercado, sin importar qué tan movida hasta estado la semana anterior.
Durante esta semana tuvimos dos noticias de extrema relevancia que generaron preocupaciones y expectativas a los inversores, aunque no estoy seguro cuál de las dos fue la que primó por sobre la otra.
La primera noticia fue, por supuesto, el acuerdo FMI 2, realizado apenas unos meses después del acuerdo FMI 1 y la razón del mismo, que básicamente lo que hace es adelantar a 2019 los fondos que la entidad iba a prestarle a la Argentina durante 2020 y 2021 (Cortoplacismo al cuadrado), fue que el primer acuerdo con el FMI no le permitía al gobierno cubrir sus necesidades de financiamiento totales para 2019, con lo cual, si el gobierno no conseguía ese financiamiento faltante iba a tener que defaultear los bonos o realizar una nueva reestructuración de deuda.
¿No previeron esto en el acuerdo FMI 1? Seguramente sí pero pecaron de optimistas al pensar que un acuerdo con el FMI iba a permitir que los inversores recuperasen la confianza en Argentina que a su vez los motivaría a comprar nuevamente bonos argentinos que, como consecuencia de eso, devolvería el riesgo país a la zona de los 550 puntos y le permitía al gobierno de Macri ir nuevamente en 2019 a pasar la aspiradora por Wall Street para obtener financiamiento barato.
¿Qué fue lo que sucedió? A grandes rasgos, los inversores vieron como insuficientes las exigencias del FMI a la Argentina y dejaron de renovar las Lebacs y Letes a la vez que vendían los bonos argentinos por considerarlos en riesgo de default, con lo cual, lo que tuvimos fue una suba impresionante del dólar y del riesgo país que llegó casi a tocar los 800 puntos y sepultó la idea del gobierno de financiar en el mercado de capitales el remanente de financiamiento que necesitaba para cerrar el presupuesto 2019, razón por la cual, Macri agarró el teléfono y volvió a llamar al FMI.
Evidentemente, la oposición protestó con fuerza ante esto a causa de que, como ahora el FMI le va a adelantar a Macri los fondos que iba a darle en 2020 y 2021, el actual gobierno puede ser un poco más laxo en corregir sus enormes desequilibrios fiscales y por lo tanto, en caso de que Macri pierda las elecciones del 2019 y asuma el gobierno un opositor, no le quedará otra alternativa más que profundizar el ajuste y la recesión debido a que ya no contará con los dólares del FMI para financiarse.
Todo lo que estamos viviendo durante este año es el típico proceso que suele darse en los casos en los que un gobierno emite una cantidad excesiva de deuda denominada en una moneda que es diferente a la que emite su banco central ya que, cuando los inversores se dan cuenta de que el gobierno al cual le prestaron dinero no está teniendo el superávit fiscal necesario para repagar sus deudas en el futuro, no sólo dejan de prestarle dinero sino que además venden los bonos que actualmente tienen en cartera por miedo al default y como consecuencia de eso, tarde o temprano se produce una enorme depreciación de la moneda del país emisor que a su vez lo vuelve muy barato en dólares y le permite, mediante exportaciones, recuperar el superávit fiscal y obtener mediante ellas los dólares que antes obtenía mediante emisión de deuda. Ahora bien, teniendo nosotros una economía con tantas restricciones y fricciones como la que tenemos, me parece que un modelo tan simplificado como este no nos alcanza y que, incluso habiendo devaluado la moneda un 50% (porque decir que el dólar subió 100% no es lo mismo que decir que el peso se devaluó un 100%) nos va a costar bastante volver a crecer y reactivar la economía mediante exportaciones de productos y servicios (y más aún si el gobierno los grava con retenciones) pero esto último es sólo una opinión personal.
La segunda noticia importante de la semana, en la que no voy a detenerme mucho porque sino el informe se me va a volver interminable, fue el cambio de presidente del Banco Central y la implementación de la política de emisión cero con bandas de flotación de tipo de cambio. Como dijo Friedman: “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario” y por lo tanto, celebro que luego de tantos años el BCRA diga que va a atacar las causas de la inflación y no simplemente sus efectos, aunque si uno repasa la historia económica y analiza lo sucedido en fenómenos similares, sabrá que “desinflacionar” una economía mediante el corte de la emisión monetaria implica una profundización y prolongación de la recesión debido a que, al haber una menor cantidad de dinero circulante, aumenta la tasa de interés y se reduce el consumo. A largo plazo siempre es mejor que un país baje drásticamente su inflación pero en el corto plazo, el proceso es muy doloroso.
¿Qué puede pasar entonces con las acciones y los bonos?
La variable a la que más atención debemos prestarle durante los próximos meses es el riesgo país ya que es, en última instancia, el principal termómetro que mide cómo nos están evaluando los inversores del exterior. Si el riesgo país baja, las acciones seguramente subirán de precio porque, si mejoran las perspectivas externas en relación a la solvencia intertemporal de Argentina, sus activos financieros volverán a estar baratos en relación a su riesgo inherente y siendo este un tanque de tiburones, ningún inversor extranjero resistirá la tentación de invertir en activos argentinos si estos están ofreciendo un excelente rendimiento en dólares y el gobierno ha hecho todo lo necesario para no volver a entrar en default.
En cuanto a las acciones, pensemos lo siguiente: Hay tres fuerzas principales que conducen la demanda de acciones:
- Económicas: Generalmente, (repito, generalmente) los movimientos de las acciones en el mercado acompañan los movimientos de ciclo económico, subiendo de precio cuando la economía crece y cayendo de precio cuando el ciclo económico se torna recesivo pero dije “generalmente”, porque no siempre esto es así ya que muchas veces, la política y la psicología hacen de contra-fuerzas y motivan bajas en el precio de las acciones aunque la economía se continúe creciendo. El ejemplo más claro de esto es China, cuya economía ha venido creciendo de manera sostenida durante décadas pero no siempre siendo acompañada por el movimiento de las acciones en el mercado. Si miran el índice de la bolsa de Shanghai (XGY0) pueden comprobarlo por ustedes mismos.
- Políticas: Evidentemente, cuando las instituciones de un país son sólidas y se respetan tanto la propiedad privada como los contratos, se genera el caldo de cultivo apropiado para que su mercado de capitales crezca y se desarrolle pero por el contrario, si las instituciones de un país se tornan hostiles a la inversión, evidentemente habrá pocos empresarios locales que anhelen salir a cotizar en bolsa y pocos inversores locales y extranjeros dispuestos a invertir en el país, con lo cual, se genera un círculo vicioso que desincentiva que tengamos un mercado de capitales con más empresas cotizantes y con más inversores activos (Aclaro que cuando hablo de instituciones, no me estoy refiriendo sólo al Congreso o a la Justicia sino por ejemplo, también a la moneda, una institución que nuestros gobiernos se encargaron de destruir).
- Psicológicas: Hay libros enteros escritos sobre esto así que es un tema que da para mucho pero a grandes rasgos, todos los que invertimos en bolsa sabemos que el mercado muchas veces se comporta como alguien maniaco-depresivo que en Enero estaba eufórico y quería comprarte acciones a precios ridículamente caros (El PER del Merval era incluso mayor al PER del SP500, una locura) pero que 7 meses después estaba muy deprimido, enojado y regalaba papeles de excelentes empresas a precios de súper oferta así que, al invertir en bolsa, debemos ser conscientes de que, si somos cortoplacistas y pretendemos adivinar lo que hará el mercado a corto plazo, lo más seguro es que terminemos perdiendo dinero, más temprano que tarde, debido a que es imposible que podamos predecir cómo se moverá el humor del mercado durante los próximos meses. Como dice el dicho: La bolsa es ese lugar en el cual los pacientes hacen dinero a costa de los impacientes
¿Cómo estamos en Argentina? El ciclo económico es claramente recesivo y lo seguirá siendo por un año más, las instituciones políticas argentinas dejan mucho que desear y la devaluación del peso de más de un 50% en nueve meses es un fiel reflejo de eso pero, aparentemente, la psicología del mercado con respecto a Argentina parece haber tocado su piso en Julio y estar recuperándose ahora que se llegó a un nuevo acuerdo con el FMI. Evidentemente, el panorama no pinta muy favorable para los accionistas en acciones pero Jim Rogers dijo: “no soy entusiasta cuando el mercado está en máximos sino cuando el mercado está en los mínimos porque, en los máximos, es muy difícil encontrar algo barato para comprar mientras que en los mínimos todo está barato y por lo tanto es en ese momento en el cual, yendo en contra de la manada, uno puede comprar buenas acciones de buenas empresas a precios ridículamente bajos que le permitirán, a largo plazo, obtener rendimientos increíblemente altos” y sinceramente, estoy de acuerdo con él porque, si efectivamente el riesgo país baja y este gobierno logra domar a la inflación, sería posible volver a “barajar y dar de nuevo” en el plano económico por el hecho de haber sentado las bases estructurales para que el país vuelva a crecer pero, para ese momento, las acciones seguramente ya se habrán adelantado y por lo tanto, si esperamos todo ese tiempo para comprar, seguramente para cuando lo hagamos ya estaremos entrando un poco tarde, siempre que nuestro objetivo sea el de obtener “rendimientos increíbles” en nuestras inversiones ya que, por supuesto, no será así si lo queremos es obtener “rendimientos bursátiles similares a los del índice”.
Es simple: Si queremos obtener en la bolsa “rendimientos increíbles” debemos ir en contra de la manada y comprar acciones de excelentes empresas que estén cotizando a precios ridículamente bajos pero, si nos conformamos con obtener “rendimientos promedio”, entonces podemos darnos el lujo de esperar a que toda la incertidumbre que estamos viviendo haya pasado y que “la manada” esté volviendo a meterse en la bolsa para recién ahí nosotros meternos con ellos.
Haciendo un análisis rápido de los gráficos, vemos que el riesgo país ha tenido una semana estable pero aun así, necesitamos que caiga por debajo de la zona de los 400 puntos para que a nuestro país le vuelva a convenir tomar deuda en el exterior ya que durante esta semana la FED volvió a subir la tasa de interés y planea volver a subirla en Diciembre, con lo cual imaginemos que, si EEUU paga tasas más altas por su deuda, es evidente que nuestro país tendrá que realizar un esfuerzo más grande aún que el que venía realizando para tomar deuda durante 2016 y 2017 si es que quiere generar en los mercados internacionales la confianza necesaria para poder volver a emitir deuda a una tasa menor al 7% anual.
Por el lado de las acciones, esta semana el Merval en pesos coqueteó en varias oportunidades con el récord histórico y por ahora se mantiene en la zona de los 34.000 puntos haciendo una especie de banderín que le permitiría establecer un objetivo alcista en la zona de los 40.000 puntos en el caso de que nuestro índice establezca pronto un nuevo récord histórico. Durante esta semana, las acciones de los bancos se vieron muy resentidas principalmente a causa de la falta de confianza que todavía mantienen los inversores de afuera con respecto a nuestro país pero, afortunadamente, las acciones de las otras empresas cotizantes se mantuvieron bastante firmes ante los embates de la volatilidad, así que, en resumen, tenemos al menos una pequeña señal positiva dentro de un enorme mundo de incertidumbre.
¿Qué acciones considero que son de excelentes empresas y que están cotizando a excelentes precios? Son muchas pero sólo voy a dar las cuatro que más me gustan: CVH, TGSU2, CEPU y MIRG.
Informe en video del Merval:
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