Merval: Continua la guerra comercial pero nuestro mercado resiste
Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA
Luego de dos meses para el olvido, que se iniciaron con la toma de ganancias correspondiente a la enorme suba que tuvimos en los mercados durante el año pasado y que terminaron con el inicio de una posible guerra comercial entre EEUU y China, los mercados (sobre todo el nuestro) arrancaron Abril de una manera prometedora aunque por el momento también continúan comportándose de una manera muy titubeante y cautelosa debido al hecho de que la imposición mutua de aranceles por parte de EEUU y China parece estar lejos de terminar.
Como podemos ver en el gráfico, el índice Merval tuvo una fuerte caída durante Febrero y desde entonces ha estado lateralizando en el rango comprendido entre los 31.000 y los 33.000 puntos, lo cual, nos guste o no, era algo que necesariamente debía ocurrir si tenemos en cuenta que todos los mercados del mundo tuvieron un excelente 2017 y por lo tanto, necesitaban una toma de ganancias equivalente. Nos guste o no, lo cierto es que esto es algo normal en los mercados a pesar de que, cuando se produce, no nos gusta nada debido a que vemos los precios de nuestra acciones caer.
Ahora bien, lo importante en estos casos es analizar la forma en la cual se produjo la toma de ganancias y afortunadamente, en el caso del Merval, debo decir que nuestro mercado se comportó de una manera muy robusta durante la mayor parte del tiempo ya que incluso se movió con una volatilidad menor a Wall Street, lo cual no es poca cosa si tenemos en cuenta que somos un mercado de frontera y por lo tanto, muy vulnerables (volátiles) ante los shocks externos.
Estamos en un momento en el cual, nuestro mercado se está comportando de acuerdo a las señales que recibe desde Wall Street y por lo tanto, sería natural concluir que mientras Wall Street no defina una dirección a seguir tampoco lo hará nuestro mercado local aunque no debemos olvidar el hecho de que cada vez es más probable que el próximo 1 de Junio el MSCI nos declare mercado emergente y que eso haga subir fuertemente a las acciones argentinas, más allá de lo que suceda en el resto de los mercados.
Algo que me parece importante aclarar es que, el hecho de ser declarado “mercado emergente” o no, es algo que depende pura y exclusivamente de la microestructura del mercado de capitales del país en cuestión y no de los fundamentos de sus empresas o de su economía ya que, se ha hablado mucho de que las últimas recalificaciones que realizó el MSCI en cuanto a mercados emergentes provocaron bajas en los precios de las acciones de los países recalificados, pero me parece demasiado superficial y simplista afirmar que dicha baja se produjo justamente a causa de la recalificación y no a causa de un cambio en la macroeconomía del país. Teniendo en cuenta la conocida frase que afirma que debemos “comprar con el rumor y vender con la noticia” podemos esperar que tengamos una toma de ganancias si es que nuestro país es recalificado como emergente pero el hecho de afirmar que, si eso sucede, seguramente se iniciará una tendencia bajista, sin siquiera mirar los fundamentos de nuestra economía y de las empresas cotizantes, me parece que es el resultado de realizar un análisis demasiado simplista de la situación.
Volviendo al gráfico del Merval, es evidente todavía nos encontramos en una fase correctiva, aunque por el momento parece ser que lo peor ya pasó así que, por lo tanto, ahora la pregunta es ¿Conviene comprar o esperar? Y, por supuesto, la respuesta vuelve a ser: depende del riesgo que estemos dispuestos a asumir ya que, el índice Merval aparenta haber consolidado un piso en la zona de los 31.000 puntos y como bien sabemos, cuanto más cerca compremos de los pisos, mayores probabilidades tendremos de tener un retorno positivo en nuestra inversión pero al mismo tiempo, como también sabemos, comprar cerca de los pisos implica asumir un mayor riesgo de pérdida a causa de que, como todavía los mercados no nos han brindado señales claras de recuperación, estamos en una situación de incertidumbre y como el enfrentamiento comercial entre EEUU y China tiene tantas probabilidades de terminar bien como de terminar mal, es evidentemente que estaremos invirtiendo con un 50% de probabilidades de que dicha “guerra” termine mal y que provoque el comienzo de una tendencia bajista global que nos obligue a salir de nuestras inversiones perdiendo dinero.
Wall Street: La volatilidad y la incertidumbre mandan
EEUU y China están en este momento protagonizando una especie de “Romeo y Julieta” mediante agresiones de tono creciente que, afortunadamente por ahora, no terminaron como lo hace el libro pero que, como bien sabemos, de seguir así van a terminar teniendo un efecto bastante negativo sobre los mercados.
Durante las últimas dos semanas, el S&P500 fue un festival de volatilidad, con días de suba seguidos de días de bajas prácticamente iguales y sin llegar a definir por ahora una dirección clara aunque, afortunadamente para nosotros, sin tampoco romper el piso que tiene establecido en los 2.600 punto ya que, si esto llegara a suceder, nos habilitaría una baja hasta los 2.300 puntos, siendo este el temido piso por debajo del cual se consolidaría el inicio de un mercado bajista (ya que recordemos que por ahora nos encontramos tan sólo en una corrección).
Como lo vengo diciendo a lo largo del informe, estamos en un momento de incertidumbre y por lo tanto, la volatilidad que vemos en las acciones es algo absolutamente normal, producto de inversores que van reaccionando ante las noticias que día a día van impactando e incorporándose al precio de las acciones y de sus expectativas que también van cambiando día a día ante cada movimiento estratégico realizado por los gobiernos de EEUU y China.
Ahora bien, para evitar que el ruido de las noticias nos contamine, miremos mejor el spread de las tasas de los bonos del tesoro a 10 años y a 3 meses para ver si efectivamente estos están prediciéndonos una posible recesión en EEUU.
Como podemos ver claramente en el gráfico anterior, en este momento el mercado no está anticipando una recesión en EEUU ya que la diferencia en el rendimiento de los bonos del tesoro a 10 años y a 3 meses es de más del 1% y por lo tanto, la teoría nos dice que este no es un momento para vender sino más bien para comprar acciones de valor, con buenos márgenes de seguridad, ya que cuando el ruido imperante se calme y los próximos balances lleguen con buenos números, estas serán las acciones que más subirán.
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