Merval: La peor caida diaria en una decada
Por Leonardo Román Guidi
Esta semana, quienes invertimos en acciones hemos visto algo que no sucedía desde la crisis de las hipotecas sub-prime de 2008: una caída del Merval de más del 9% en tan sólo un día.
En aquel momento, la causa de la caída fue sólo una, la quiebra de Lehman Brothers y el inicio de la peor crisis financiera de la historia pero en este caso las razones fueron varias y principalmente domésticas, a saber:
Guerra Comercial : EEUU, China, México, Canadá y la Unión Europea continúan inmersos en una guerra de aranceles originada por Trump y que recrudeció mucho durante las últimas semanas. Esto tornó muy negativo el humor de los mercados y provocó caídas de más del 1% en Wall Street que por supuesto fueron replicadas también aquí pero de manera amplificada a causa de la debilidad propia de las economías emergentes. No conforme con esto, la guerra comercial tiene el efecto colateral de fortalecer al dólar en el mundo, perjudicando a su vez a las economías emergentes cuyos mercados cayeron durante esta semana aunque, por supuesto, no tanto como el argentino ya que nosotros adolecemos de problemas estructurales de los que los otros emergentes carecen.
Incertidumbre económica : De un crecimiento esperado del 2,5% para 2018 y de una inflación esperada en el 20%-25%, pasamos ahora a un crecimiento esperado de menos del 1% y a una inflación esperada del 30% o más como consecuencia de la crisis cambiaria que vivimos durante los últimos dos meses. Debido a que la incertidumbre económica y cambiaria es lo peor que le puede suceder a un país que espera atraer inversiones es que los inversores están abandonando el mercado bursátil para refugiarse en activos más seguros ya que la expectativa de que a nuestra económica le irá bien durante este año es cada vez más negativa y por lo tanto, la expectativa en relación a nuestras empresas cotizantes también lo es.
Salida de fondos de frontera como consecuencia de que ahora somos emergentes : Hace poco más de una semana, nuestro país fue declarado mercado emergente por el MSCI y por lo tanto, hay varios miles de millones de dólares provenientes de fondos de inversión extranjeros que van a comenzar a invertirse en ADRs argentinos desde ahora hasta Mayo de 2019 pero la otra cara de la moneda, que posiblemente no estemos teniendo en cuenta, es que al mismo tiempo, hay fondos de inversión de frontera invertidos en acciones argentinas, los cuales deben desinvertir como consecuencia de que ahora es emergente.
En el caso argentino, según un informe de Bull Market, pasamos de una ponderación del 20% en la cartera fronteriza del MSCI a una ponderación de 0.5% en Emergentes y aunque esto parezca desventajoso para nuestro país, el beneficio está en el stock de dinero disponible sujeto a replicar la cartera propuesta por el MSCI ya que, mientras que las carteras globales de frontera alcanzan los 7 mil millones de dólares, incluyendo los fondos que no son ETFs, siendo emergente entramos a una canasta que supera los 300 mil millones de dólares, a los que deben sumarse fondos mutuos y fondos de inversión, alcanzando sumas superiores a los 550 mil millones en total.
Durante esta semana, es posible que haya habido venta de fondos de frontera pero sin que haya habido una contraparte fuerte desde el lado comprador ya que, con motivo de los puntos anteriormente mencionados, aún no aparece la demanda por activos argentinos, ni por parte de particulares que deseen invertir en acciones de nuestras empresas ni por parte de los fondos emergentes que tienen que hacerlo antes de Mayo de 2019 para cumplir con sus disposiciones reglamentarias. Resumiendo, tuvimos una tormenta perfecta para una semana de pánico bursátil: mucha oferta de títulos a la venta y muy poca demanda de acciones argentinas.
Como conclusión de esta parte, les dejo un gráfico publicado por Bull Market Brokers que nos muestra el comportamiento que tuvieron las acciones de los países reclasificados como emergentes durante los últimos años y creo yo, que es bastante ilustrativo:
Pasemos ahora a la parte técnica del Informe:
Vemos actualmente un mercado contra las cuerdas, resistiendo en el piso de la tendencia alcista de largo plazo y del 61,8% de Fibonacci así que, si hay un piso técnico en el cual nuestro mercado debería rebotar es este y por lo tanto, todas mis expectativas de rebote están puestas acá ya que, en caso de que esta sangría continúe, técnicamente deberíamos habilitar el piso de los 21.000 puntos y sinceramente, por más mala que sea la situación estructural de la Argentina, no creo que se justifique una baja tan fuerte, más aún si tenemos en cuenta que gracias al préstamo del FMI el gobierno se aseguró llegar sin necesidades de financiamiento adicional a las elecciones de 2019.
Para concluir, quisiera aprovechar el pánico vivido durante esta semana para que volvamos a las fuentes, es decir, a los libros de inversión en bolsa y que repasemos los conceptos básicos del análisis de acciones ya que, en momentos como estos en los cuales las emociones le ganan a la inteligencia, es tranquilizador saber que todo lo que estamos viviendo ahora ya fue estudiado por los expertos que lo han vivido, lo han superado exitosamente y nos han dejado sus experiencias para enseñarnos cómo se hace.
Dicho esto, comencemos:
Las habilidades que debemos desarrollar para ser exitosos como inversores bursátiles a largo plazo y que han sido validadas empíricamente por los resultados de genios como Warren Buffett, Charlie Munger y Peter Lynch, son sencillamente tres:
- Saber detectar si una empresa es buena o mala.
- Saber detectar cuándo una acción está cara o barata en el mercado.
- Una vez armada la cartera, tener paciencia hasta que la inversión ‘madure’ y el mercado reconozca, en el precio de la acción, el valor que nosotros hemos previamente detectado con nuestro análisis.
De las tres habilidades antes mencionadas, la más difícil de desarrollar es la 3 porque al menos, a la 1 y la 2 la podemos aprender de los libros pero a la 3 no, ya que a pesar de que hay libros y profesionales que nos enseñan a desarrollarla, eso no alcanza y por lo tanto, para terminar de desarrollarla tenemos que ejercitarla día a día en el mercado y mucho más si el precio de nuestras acciones se desploma un 10% o más en tan sólo un día.
Seamos sinceros: Invertir en acciones debería ser tan divertido como ver crecer el pasto… (ojo, que no se entienda como que esto es algo aburrido porque definitivamente no lo es). ¿En qué sentido digo que es como ver crecer el pasto? En el sentido de que, una vez que detectamos buenas empresas que están cotizando a buenos precios, nuestro trabajo más exhaustivo como analistas ha concluido así que armamos la cartera y nos sentamos a esperar que el mercado tome conciencia del valor que previamente hemos detectado (aunque por supuesto, la monitorizamos trimestralmente). A pesar de que esta metáfora puede llevar al lector a pensar erróneamente que la mayor parte de la inversión en bolsa es un proceso tedioso de espera hasta que el mercado nos dé la razón, lo cierto es que, siguiendo con la metáfora, las personas que tienen césped en sus casas y se van de vacaciones durante dos semanas pueden atestiguar que, cuando regresan, se sorprenden de lo mucho que puede llegar a crecer el césped en dos semanas, sólo que, por supuesto, al estar mirándolo todos los días terminan por no notar el lento pero continuo crecimiento del mismo. Con la inversión en bolsa sucede algo similar; a veces pasamos meses mirando la cartera y solo la vemos caer o lateralizar mientras nos preguntamos si habremos hecho un mal análisis o nos habremos equivocado al comprar una acción con un ratio EV/EBITDA o un PER tan bajo (por poner un ejemplo), pero de la misma manera (y como lo hemos comprobado en varias ocasiones durante los últimos dos años) cuando el mercado en su conjunto toma conciencia del valor intrínseco que tienen las acciones que tenemos en cartera provocan en ellas subas asombrosas que nos hacen pasar de la tristeza y la preocupación a la alegría y la euforia en cuestión de semanas.
Hay toneladas de papers (por ejemplo, uno llamado “ International Value and Growth Stock Returns ” escrito por el premio Nobel William F. Sharpe) que demuestran que una de las principales razones por las cuales los inversores en bolsa no vencen a los índices es la sobre-operatividad, es decir, porque una vez que armaron sus carteras son incapaces de quedarse quietos y esperar a que su trabajo de análisis genere las ganancias esperadas. En lugar de eso, lo que termina sucediendo es que el deseo de gratificación inmediata se apodera de ellos y terminan cambiando el beneficio potencial a largo plazo que tendrían por mantener intacta la cartera inicial por un posible beneficio mayor a corto plazo realizando trading y ‘saltando’ de una inversión a otra.
Repito, hay una gran cantidad de papers (como el mencionado anteriormente) que han medido los retornos de ambas estrategias en un periodo de tiempo mayor a un año y en más del 90% de los casos encontraron que la cartera cuya estrategia es “comprar buenas empresas a buenos precios y mantenerlas a largo plazo” vence en rendimiento neto (después de comisiones) a la estrategia de trading de corto plazo que consiste en ir comprando y vendiendo acciones según lo que pensamos que hará la misma a corto plazo y la razón de que suceda esto es simple: Es imposible predecir el comportamiento de las acciones a corto plazo.
Para terminar con un ejemplo: El miércoles GGAL cayó un 10% pero subió un 10% durante el Jueves así que, mi pregunta es: ¿Realmente alguien cree que esa empresa valía 10% menos el miércoles a la noche pero que el Jueves, casi mágicamente, recuperó todo ese valor perdido? Mi opinión personal es que esto es principalmente volatilidad e incertidumbre y que si tenemos el control emocional necesario para quedarnos comprados en buenas empresas en estos momentos de pánico o incluso si aprovechamos el ‘río revuelto’ para tomar posición en acciones de buenas empresas a precios de oferta como los que estamos viendo últimamente, a la larga saldremos ampliamente beneficiados, a no ser que, desde la política, realmente no sepan cómo arreglar esta situación adversa en la que nos encontramos y que por lo tanto, durante el periodo 2018/2019 veamos una fuerte caída en la actividad económica, un aumento en el desempleo y una inflación descontrolada que efectivamente generen las condiciones para que las empresas que tenemos en cartera ganen mucho menos dinero y presenten malos balances que justifiquen estos precios deprimidos que vemos en el mercado el día de hoy.
Si tomo en cuenta los últimos balances presentados en Abril, tengo que concluir que la mayoría de las empresas cotizantes está pasando por un buen momento y que dicho ‘momentum’ está mejorando balance a balance así que, partiendo de los principios de la ‘inversión en valor’, mi estrategia en este momento turbulento de nuestras acciones es la de esperar hasta que se publiquen los balances en Julio para confirmar si efectivamente las ganancias de las empresas que tenemos en cartera han caído, los costos han aumentado y que por lo tanto, las mismas se han vuelto caras y se justifica venderlas pero, si dichas empresas continúan publicando buenos balances y continúan ganando dinero ¿Qué sentido tiene venderlas por el hecho de que hayan caído de precio? ¿No tiene más sentido acaso pensar que si la acción de una buena empresa se encuentra hoy más barata que hace un mes, la misma es aún más interesante como inversión y no menos?
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