​Merval: Los miedos a una guerra comercial golpean a los mercados

Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA

Esta semana, tal como viene sucediendo prácticamente durante todo el 2018, nuestro mercado bursátil siguió moviéndose al ritmo de Wall Street, es decir, de manera inestable y volátil.

Lo que vemos en el gráfico del Merval es un mercado en indeciso, a la espera de lo que acontece en Wall Street pero al mismo tiempo, moviéndose por encima de la línea de tendencia alcista y lejos todavía de los 30.000 puntos y del piso del 61,8% de Fibonacci (nuestro piso más fuerte) donde rebotó al alza durante Febrero así que, de momento, no tenemos razones suficientes como para salir a vender pero sí para esperar y no comprar nada hasta que el mercado defina una dirección y nos brinde concretamente la señal de activar el stop loss o aprovechar estos precios baratos para comprar.

El contexto general del mercado de acciones argentino es muy bueno ya que, salvo algunas excepciones, las acciones cotizantes cerraron el 2017 con excelentes balances y mejores perspectivas para 2018 pero siendo nosotros un mercado tan chico y de frontera, estamos completamente vulnerables ante lo que suceda en Wall Street y por lo tanto, a pesar de las excelentes perspectivas que tienen proyectadas nuestras acciones para este año, sería extremadamente difícil que logren cumplirlas si el contexto en Wall Street se torna negativo y aparece un mercado bajista así que, por lo tanto, además de analizar el Merval debemos analizar lo que está sucediendo allá.

Wall Street: Reapareció la incertidumbre y con ella las fuertes bajas

Luego de que el mercado se sintiera aliviado por el hecho de que el pasado día miércoles la FED subió 0,25% la tasa de interés del dólar, en línea con lo esperado, los índices de referencia estaban reiniciando el recorrido alcista luego de varios días de volatilidad pero entonces, apareció Trump estableciéndole aranceles a los productos chinos y desató el miedo a una guerra comercial con el gigante asiático que destruyó las incipientes expectativas alcistas de los inversores provocando nuevas y fuertes bajas en las acciones.

Debido a esto, ahora tenemos nuevamente un mercado muy volátil y que no tiene una dirección clara por lo que es imperativo que miremos de cerca el piso que actualmente tiene el S&P500 en los 2.600 puntos ya que el mercado argentino está actualmente muy correlacionado con Wall Street y si este mercado inicia una tendencia bajista (en el caso de que el S&P500 caiga por debajo de los 2.300 puntos) resultará muy difícil que Argentina se mantenga alcista incluso si es declarada mercado emergente.

Ahora bien, como lo comenté en el informe pasado, EEUU no está dando señales de recesión y por lo tanto, no existen razones, al menos por el momento, para que temamos por un mercado bajista motivado por una recesión económica en EEUU pero, ahora bien: ¿Qué hay de la inflación? ¿Tiene sentido temer por un mercado bajista si hay una aceleración inflacionaria en EEUU?

En la conferencia de prensa posterior a la suba de tasas, Powell afirmó que dicha suba se hizo en base a que la economía estadounidense se encuentra fuerte, al igual que el nivel de empleo y que por lo tanto, ambos han dado suficientes muestras de robustez como para resistir una suba de tasas que encarezca el costo del dinero con el objetivo de mantener contenida a la inflación.

En los medios se habla todo el tiempo del comportamiento de los bonos a 10 años y su efecto sobre el comportamiento de las acciones pero poco o nada se habla sobre la inflación y por lo tanto, quiero aprovechar este informe para responder a la pregunta ¿Qué afecta más negativamente a Wall Street, el comportamiento de los bonos a 10 años o la tasa de inflación?

En el cuadro anterior vemos el comportamiento que tuvo el índice S&P500 durante las últimas 17 veces en las cuales hubo un contexto de subas de tasas que provocaron subas en la tasa de los bonos a 10 años de 100 puntos básicos o más (1% o más).

Como primer dato interesante podemos afirmar que existe una tendencia bajista en las subas de tasas ya que a medida que nos acercamos al presente vemos que las tasas máximas de cada periodo de suba son cada vez menores en relación a las anteriores.

El rendimiento promedio del S&P500 durante los últimos 17 contextos de subas de tasas fue de casi un 22% y sólo hubo tres ocasiones en las cuales la tasa del bono a 10 años tuvo un periodo alcista mientras que el S&P500 tuvo un rendimiento negativo, siendo de casi -2% el peor de ellos, con lo cual, jamás podríamos estar hablando de una correlación negativa entre la suba de tasas del bono a 10 años y del rendimiento del S&P500.

Debido a que son las tasas las que siguen al mercado de acciones y no al revés es que también podemos ver en el cuadro anterior que varios periodos de subas de tasas en los bonos terminaron justo en el momento en que también estaban terminando las tendencias alcistas de las acciones y dando inicio a mercados bajistas. Tal es el caso, por ejemplo, de Nov-1966, Sept-1987, Abr-1990 y Ene-2000.

¿Eso quiere decir que una suba en las tasas de los bonos del tesoro no golpea negativamente a los mercados? No exactamente ya que, de hecho, lo que se observa habitualmente es que cuando las tasas de los bonos suben perjudican, en el corto plazo, a los rendimientos de las acciones que, por supuesto, bajan de precio para luego, al poco tiempo, recuperarse y volver a la normalidad.

¿Es entonces la inflación la que más afecta al rendimiento de las acciones?

En el cuadro anterior vemos una comparación entre la tasa de inflación, la variación del PBI nominal y el rendimiento del S&P500 durante los últimos 57 años y cómo podemos ver en el resumen de abajo, los resultados son bastante claros:

  • Una tasa de inflación anual por arriba del 3% (promedio histórico) tiene un efecto perjudicial sobre el rendimiento del S&P500 ya que le provoca, en promedio, una disminución en su rendimiento de más del 4% anual.
  • Períodos de inflación descendente se correlacionan con períodos de rendimientos ascendentes en el S&P500 mientras que períodos de inflación ascendente se correlacionan con períodos de rendimientos descendentes en el S&P500.
  • La tasa de inflación de los últimos 57 años no parece tener un efecto significativo en el crecimiento económico nominal de EEUU, aunque por supuesto, esta conclusión es demasiado simplista y requiere de un análisis más profundo que excede los objetivos de este informe.

En definitiva: años de alta inflación se correlacionan con años de menores rendimientos en el mercado accionario estadounidense aunque no necesariamente con años de bajo crecimiento económico. Tanto las subas de tasas como un aumento de la inflación pueden ocurrir en el mismo momento ya que no son mutuamente excluyentes pero lo que nos muestra la evidencia empírica es que debemos temerle mucho más a la inflación que a las subas de tasas ya que estas últimas, en definitiva, terminan siendo positivas para las acciones a largo plazo mientras que la inflación es siempre negativa.

Conclusión: No le tengamos miedo a la suba de la tasa de interés de la FED y a la suba de las tasas de los bonos del tesoro pero sí tengámosle mucho miedo a una aceleración inflacionaria en EEUU que supere el 3% o una recesión económica que, como vimos en informes anteriores, puede ser predicha por un achicamiento en el spread del rendimiento de los bonos a 10 años y a 3 meses.

Estamos atravesando un momento muy complejo en el cual, cuando parecía que todo se tranquilizaba gracias a que la FED hizo lo que el mercado estaba esperando y a que la inflación de Febrero salió dentro de los parámetros esperados, apareció Trump y exacerbó los peligros de una guerra comercial con China, con lo cual, desgraciadamente vamos a tener que acostumbrarnos a la volatilidad y a la incertidumbre debido a que, seguramente, Trump aprovechará este tiempo que le queda hasta las elecciones legislativas de Noviembre para promulgar este tipo de medidas antipáticas con los mercados que le quitan capital político pero que van acorde a su perfil nacionalista y lo hará sencillamente por el hecho de que es bastante probable que en dichas elecciones pierda el control del Congreso y por lo tanto, durante la segunda parte de su mandato le cueste muchísimo más sacar adelante este tipo de medidas al tener que enfrentarse a un congreso Demócrata.

Yendo concretamente al S&P500, vigilemos de cerca el piso que tiene en los 2.600 puntos ya que es el piso más fuerte que tenemos en este momento pero en el caso de que dicho piso no resista, miremos el piso de los 2.300 puntos ya que, por debajo de ese número, el mercado estadounidense se encontrará oficialmente en tendencia bajista.

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