Merval: Nuevamente a la baja a causa de Wall Street
Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA
La semana del Merval se presentaba aburrida y dubitativa, de la mano de Wall Street que, a pesar de haber recuperado el 60% de toda la baja desarrollada a principios de Febrero, todavía se estaba comportando de manera inestable y volátil pero entonces, durante el pasado jueves, apareció Trump y puso fin a la duda motivando un nuevo movimiento bajista en los mercados a causa de la imposición de un arancel que estableció a la importación de acero y aluminio.
Como bien sabemos, si Wall Street estornuda, al Merval le agarra una neumonía así que, como era obvio, de ninguna manera nuestro mercado se mantendría firme teniendo a Wall Street a la baja y eso es efectivamente lo que el gráfico nos está mostrando, es decir, un Merval a la baja de la mano de Wall Street y haciendo caso omiso de los excelentes balances presentados por las empresas cotizantes en el mismo.
En un momento como este en el cual la incertidumbre ha vuelto a reinar en los mercados, la sugerencia es de calma y espera, no de venta ya que, mientras el índice continúe cotizando por encima de los 30.000 puntos todavía estaremos en presencia de una corrección menor y solo en el caso de que el Merval quiebre a la baja la media móvil de 200 ruedas (en los 28.000 puntos) podremos afirmar que nos encontramos transitando un mercado bajista y que por lo tanto, se justifica que vendamos todas nuestras acciones y nos pasemos a otros instrumentos financieros.
Es verdad que las correcciones asustan y sé que muchos están en este momento dudando si vender o continuar comprados pero en lugar de dejarnos llevar por nuestras emociones (que no siempre son buenas consejeras) lo más recomendable que podemos hacer es mirar los fundamentos de las empresas que tenemos en cartera y comprobar si efectivamente lo mismos continúan siendo buenos o no. En el caso de que lo sean, tenemos razones sólidas para continuar comprados incluso aunque estemos en el medio de una corrección bajista ya que a pesar de todo somos dueños de buenas empresas con buenos números pero, ahora bien, en el caso de que el Merval quiebre a la baja la media móvil de 200 ruedas y el S&P500 quiebre a la baja el piso de los 2.300 puntos, en ese caso sí se justificará una venta de nuestras acciones debido a que ya no estaremos hablando de una simple corrección bajista dentro de un mercado alcista sino más bien del inicio de un mercado bajista propiamente dicho y producido por cambios macroeconómicos significativos que pueden afectar potencialmente los números de cualquier empresa cotizante, con lo cual, no hay retorno esperado que justifique la toma de semejante nivel de riesgo.
Wall Street: Sobre llovido... apareció Trump
Luego del desplome de principios de Febrero, los mercados de EEUU y el mundo se calmaron a mediados del mes pasado e iniciaron la recuperación pero a pesar del reinicio de las subas se notaba claramente, tanto acá como en Wall Street, que los movimientos de las acciones eran bastante titubeantes y dejaban más dudas que certezas pero entonces, como para terminar de definir la cuestión, vino Trump y le puso un arancel del 25% a la importación de acero y del 10% a la importación de aluminio bajo el argumento de que, según lo afirma en su cuenta de Twitter, estas industrias necesitan un comercio libre, justo e inteligente (* aunque según tengo entendido, un arancel es todo lo contrario a un comercio justo y libre, pero mejor lo dejo ahí).
Como puede afirmarlo cualquier libro de economía universitario, casi sin importar la ideología que profese su autor, un arancel nunca es neutral ya que siempre beneficia a un sector a la vez que perjudica a muchos otros y efectivamente eso fue lo que sucedió en los mercados en el momento en que Trump anunció el arancel: las acciones de las empresas ligadas al sector del acero y el aluminio subieron pero muchas otras empresas, las que utilizan al acero y al aluminio como insumo, por supuesto que cayeron debido a que, gracias al arancel, sus costos se verán aumentados de una manera significativa y por lo tanto automáticamente sus proyecciones de ganancias cayeron, se desplomaron sus precios en el Wall Street y arrastraron a la vez a prácticamente todo el resto del mercado, como podemos evidenciarlo en el comportamiento de los índices Dow Jones y S&P 500 ya que, como era de esperarse, esta medida de Trump provocó inmediatamente la reacción de países como China y México que declararon que ellos también establecerán aranceles a las importaciones provenientes de EEUU, desatándose así una posible guerra comercial cuyas consecuencias difícilmente podemos llegar a cuantificar pero que sin lugar a dudas afectarán negativamente a los mercados financieros en su conjunto.
Antes de seguir aclaremos algo importante: si uno analiza la relación entre los ciclos presidenciales estadounidenses y los mercados de valores encontrará que en la mayoría de los casos, los primeros dos años de mandato de un presidente suelen ser complicados para los mercados, dándose durante ellos las mayores probabilidades de que veamos un mercado bajista debido a que, como es obvio, el presidente tiene un importante ‘capital político’ garantizado al menos hasta las elecciones de medio término que seguramente intentará capitalizar mediante la aprobación de aquellos proyectos de ley más polémicos desde el punto de vista económico, militar, etc. De ahí que resulte de sentido común pensar que si un presidente desea sacar un proyecto de ley que modifique la llamada ‘distribución de la riqueza’ intente por todos los medios promulgarlo durante los primeros dos años de mandato. En el caso de Trump, la riqueza que él parece querer redistribuir es la que supuestamente el mundo le quitó a EEUU durante los últimos años así que no deberíamos extrañarnos de que esté haciendo esto justamente durante sus dos primeros años en el poder que es justamente cuando tiene un mayor capital político.
El primer año de Trump fue muy alcista debido a la expectativa que generó en los inversores los efectos positivos de la prometida rebaja de impuestos que fue aprobada durante el año pasado pero ahora, nos encontramos ya en su segundo año en la Casa Blanca y en base a estas medidas, beneficiosas para algunos sectores de la economía y muy perjudiciales para muchos otros, debo decir que el futuro cercano luce mucho más incierto.
¿Quiero decir que esto que se viene un mercado bajista? Por supuesto que no pero, lo que sí quiero que quede claro es que lo que está haciendo Trump (a su manera muy particular) es lo que suele hacer todo presidente estadounidense durante sus primeros dos años de mandato, es decir, utilizar todo su capital político para sacar adelante los proyectos de ley más polémicos, los más ‘redistributivos’ para con los más pobres (o en el caso de Trump, con los estadounidenses) y los más perjudiciales para sus socios comerciales ya que, luego de las elecciones de medio término, es muy probable que el congreso pase a tener mayoría opositora y por lo tanto a Trump le cueste muchísimo más sacar un proyecto de ley polémico debido a que ya no tendrá al poder legislativo a su favor como sí lo tuvo durante los primeros dos años de mandato. Si a eso le sumamos el hecho de que seguramente comenzará a pensar en la reelección, nos resultará fácil deducir que su comportamiento será mucho más amigable con los mercados y con sus socios comerciales durante la segunda parte de su mandato.
De todo esto se deriva que estadísticamente, la segunda parte de los mandatos presidenciales en EEUU suelen ser de mercados alcistas, siendo el tercer año de gobierno el que más mercados alcistas ha visto a lo largo de la historia así que, tengámoslo en cuenta ya que los números hablan por sí solos y por si no me creen, acá les dejo la tabla que hice con los retornos del S&P 500 durante cada período presidencial de los últimos 92 años:
* Si no tenemos en cuenta los retornos de 2008 y 2009 que, como sabemos, fueron años anómalos a causa de la crisis financiera internacional, los rendimientos del cuatro año presidencial serían mucho mejores y los del primer año de mandato empeorarían, aunque en una menor proporción.
En concreto: el número que tenemos que estar mirando en EEUU son los 2.600 puntos del índice S&P500 ya que mientras el índice aguante cotizando arriba de ese valor estaremos hablando solamente de una corrección bajista menor aunque en el caso de que la baja continúe, ya estaremos hablando de una corrección mayor y por último, si vemos al S&P500 experimentar una caída mayor al 20% desde su máximo histórico (es decir, una caída por debajo de los 2.300 puntos) ya estaremos en presencia de un mercado bajista que podría llegar a durar mucho tiempo.
Como vemos en el gráfico, durante esta semana las tasas de los bonos del tesoro cayeron ligeramente (es decir, que los bonos subieron de precio), tal y como es esperable en un contexto como este en el cual teníamos un mercado que ya estaba revuelto y con más dudas que certezas pero de repente apareció el presidente de EEUU para establecer un arancel y extinguir así nuestras esperanzas de ver pronto una recuperación del mercado ya que, como siempre sucede con los aranceles, estos producen un cambio de precios relativos que, por supuesto, deja tanto ganadores como perdedores.
De continuar así esta situación o incluso de profundizarse, podemos llegar a ver na mayor caída de las tasas debido al ‘fly to quality’ que muchos grandes inversores pueden llegar a realizar si es que ven agotadas las posibilidad de una recuperación alcista.
Como dije anteriormente, por ahora estamos en una corrección bajista menor dentro de una tendencia alcista que lleva vigente varios años y de hecho sería muy saludable que el S&P500 hiciera un doble piso en la zona de los 2.600 puntos para así confirmar a dicha zona como piso de la corrección y renovar así el optimismo de los inversores, pero como todavía no tenemos información suficiente como para determinar si efectivamente el S&P500 va a rebotar en esa zona o no, mi sugerencia es que nos mantengamos afuera pero mirando atentamente lo que el mercado va haciendo en la zona de los pisos, es decir, por ahora es conveniente no vender nada, porque repito, todavía estamos en una corrección de una tendencia alcista y no en un mercado bajista, pero tampoco es conveniente salir a comprar acciones, al menos hasta que tengamos información suficiente como para convencernos de que esta corrección bajista ha terminado y que el mercado ha iniciado la recuperación. Como dije más arriba, el piso del Merval son los 30.000 puntos así que lo mismo que dije para los 2.600 puntos del S&P500 vale para los 30.000 puntos del Merval.
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