​Merval: Semana aburrida a la espera de señales politicas y economicas

Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA

Terminamos una de las semanas más aburridas de los últimos años en la cual incluso tuvimos el día de menor volumen de todo el 2018 y un mercado que parece estar encontrando un piso pero que, al mismo tiempo, está carente de todo incentivo alcista de corto plazo, incluso a pesar de la recalificación de nuestro país como mercado emergente.

El mercado de valores suele ser una caja de resonancia de lo que ocurre en la economía real pero debido a que los activos financieros son fáciles de tradear, suelen anticiparse a lo que vendrá y por lo tanto podemos utilizarlas como ‘termómetro’ de las expectativas que los inversores nacionales e internacionales están teniendo sobre nuestro país pero, como se imaginarán, en este momento dichas expectativas no son las más alentadoras. Concretamente, el movimiento anémico de nuestras acciones parece dejar bastante claro que ante la suba de dólar y las altas tasas de interés, los inversores han migrado de la renta variable al dólar y a la renta fija, llevando las valuaciones de muchas de las empresas a precios de ganga pero sin que parezca importarles mucho, principalmente porque estiman que a las empresas no les irá bien durante los próximos 6 a 9 meses a causa de la recesión e inflación que se espera producto de los desequilibrios fiscales que el gobierno todavía no está siendo capaz de solucionar.

En unas semanas, comenzarán a llegar los balances del segundo trimestre y al contrario de lo que se espera, mi opinión personal es que la mayoría de ellos vendrá con buenos resultados operativos pero evidentemente, los que se están saliendo de las acciones ahora lo hacen porque estiman que los balances de los últimos dos trimestres del año vendrán con malos resultados a causa de la escalada de la inflación que estamos viendo en este momento y sinceramente, algo de razón tienen porque, durante los últimos 30 años se investigó mucho acerca de cómo afectan al rendimiento de las acciones las variables económicas como el nivel de empleo, gasto público, tasas de interés, crecimiento económico e inflación y lo que se confirmó gracias a ello fue que, a diferencia de lo que se pensaba, es la inflación la que más perjudica el desempeño de las acciones en el mercado ya que es perfectamente posible que países con grandes déficit fiscales, como EEUU, Japón y parte de Europa, tengan mercados de valores alcistas y que países que están creciendo mucho económicamente, como China durante el período 2001-2006, tengan mercados de valores bajistas.

En nuestro caso, hemos tenido años de inflación alta acompañada por un mercado fuertemente alcista (2014 y 2016), pero en los cuales tuvimos además fuertes expectativas de cambio y ajustes de tarifas que ayudaron enormemente a recuperar la rentabilidad operativa de muchas empresas y empujaron al alza el precio de las acciones en una medida mucho mayor de lo que la inflación los perjudicaba pero ahora, la situación es diferente debido a que muchos de los ajustes de tarifas ya se hicieron, el gobierno se encuentra mucho más endeudado en relación al PBI que hace unos años y los inversores en general han perdido la confianza en el equipo económico que está llevando adelante la política económica, con lo cual, el gobierno tendrá que hacer muy bien las cosas desde lo fiscal durante los próximos meses para que los inversores realmente comiencen a creer que se está recuperando el sendero de la solvencia fiscal y que, de esta manera, ante la expectativa de una inflación más baja y un crecimiento económico más alto, recuperen la confianza en nuestras empresas cotizantes.

Desde lo técnico, vemos un Merval que durante esta semana nuevamente rebotó en la zona de los 26.000 puntos donde también se encuentra el nivel de 61,8% de retroceso de Fibonacci, a causa de lo cual vemos que ese nivel ha sido reforzado en lo concerniente a su función de piso por el hecho de que, evidentemente, hay inversores que están aprovechando para comprar cada vez que el Merval se acerca a esos valores.

Tal y como lo muestra el gráfico, nos encontramos en un mercado lateral de corto plazo que todavía amenaza con romper su tendencia alcista de largo plazo y habilitar así una posible caída hasta los 21.000 puntos aunque todavía no hay razones para asustarse porque eso sólo sucederá si vemos al Merval caer por debajo de los 26.000 puntos pero confirmando a su vez dicha ruptura con 3 días seguidos de cotización por debajo de ese nivel además de una caída que, como mínimo, tiene que caer por debajo de los 25.500 puntos. Mientras todo eso no suceda, nuestro mercado continuará moviéndose de manera lateral entre los 26.000 y los 30.000 puntos y será momento para comprar o mantener, dependiendo de nuestras expectativas futuras.

A pesar del desánimo y la falta de interés que se ve por estos días en nuestro mercado de renta variable, quiero terminar diciendo que, con valuaciones como las que estamos viendo en empresas como TGSU2, IRSA, CRES, CVH, BYMA, VALO, MIRG, TXAR, TRAN, DGCU2, GGAL, SUPV, INTR y CEPU continúo pensando que aquellos inversores que buscan valor en las empresas e invierten a largo plazo (1 años o más) están en un excelente momento para armarse una cartera ‘Value’ de acciones argentinas que les brindará un rendimiento mucho mayor al del índice Merval durante los próximos años gracias a que las mismas están actualmente muy subvaluadas y todos los papers académicos publicados sobre este tema nos muestran que, a largo plazo, las acciones que fueron compradas a precios ‘de ganga’ (como los que estamos viendo en este momento en el mercado) siempre fueron más rentables y menos riesgosas que los bonos.

Informe en video del Merval y el S&P500

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