​Merval: Trampa bajista y recuperacion

Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA

Venimos de un Junio para el olvido en el cual, incluso a pesar de nuestra recalificación como mercado emergente, el mercado se derrumbó hasta valores mínimos como no se veían desde Diciembre del año pasado pero, si miran atentamente el gráfico, comprobarán que lo que en realidad tuvimos durante esta semana fue una trampa bajista. ¿En qué consiste esta “trampa”? Básicamente vemos al precio de una acción o del índice caer por debajo de la línea de tendencia y en base a eso pensamos que dicha tendencia se acabó, razón por lo cual suponemos que tenemos que vender pero lo que en realidad termina sucediendo es que, a lo sumo al tercer día, el precio revierte al alza demostrando que todo fue una ‘trampa’ gracias a la cual hubo inversores que mal-vendieron sus acciones mientras que hubo otros que aprovecharon esto para comprar muy barato y que salieron muy beneficiados por la situación.

Luego de esta trampa bajista, el Merval continuó con la recuperación en la que nos encontramos ahora y por lo tanto la tendencia alcista de fondo se mantiene vigente al igual que lo está el piso de los 26.000 puntos y los techos establecidos en los 33.000 y en los 35.000 puntos.

Para decirlo en lenguaje futbolero, hasta la semana pasada los inversores veníamos perdiendo el partido por goleada pero durante esta semana logramos descontar y gracias a eso, poco a poco estamos recuperándonos anímicamente debido a que nos estamos empezando a dar cuenta de que el partido es más ganable de lo que pensábamos hasta la semana pasada.

Teniendo en cuenta que en poco más de 6 meses vivimos dos momentos extremos y contrapuestos de mercado, pasando de la euforia de Enero al pánico de fines de Junio casi sin parada intermedia, voy a aprovechar el informe de hoy para hablar un poco acerca del marco teórico con el cual, según mi opinión, deberíamos encarar un proceso de inversión:

En poco más de seis meses vivimos dos momentos extremos de mercado, el primero en Enero de euforia descontrolada y el segundo durante los últimos dos meses de pánico desmedido y aunque suene a cliché, me viene muy a cuento la famosa frase de Warren Buffet que afirma que “debemos ser temerosos cuando los demás son codiciosos y ser codiciosos cuando los demás son temerosos”.

En la bolsa, hacer lo que hace la mayoría solo nos permitirá obtener los rendimientos que obtiene la mayoría y por lo tanto, la única manera de ganarle al mercado es hacer algo diferente a lo que el mercado, en su conjunto, está haciendo.

Nuestro trabajo entonces, como analistas, es encontrar valor en aquellas acciones que están fuera del radar de los grandes inversores y del público en general o que incluso en este momento están siendo desprestigiadas por la mayoría de los operadores del mercado. Si hacemos un análisis preciso y detectamos valor en una empresa que actualmente no cuente con el consenso positivo del mercado, estaremos en el mejor de los mundos posibles para un analista bursátil ya que podremos invertir en ella a un precio muy bajo y por lo tanto nuestra inversión tendrá un rendimiento potencial mucho más alto que el brindado por el mercado en su conjunto.

Aunque en un mercado tan chico como el argentino, que tiene tan pocas empresas cotizantes, se hace difícil detectar alguna empresa ‘olvidada’ por los grandes inversores, lo que sí está sucediendo en este momento es que las acciones argentinas en general están sufriendo un castigo desmedido por parte de los inversores extranjeros que además precipitó un efecto manada durante los últimos meses que motivó a los inversores locales a desarmar posiciones en acciones para pasarse a renta fija. Gracias a esto, podemos afirmar que las acciones argentinas no cuentan en este momento con el consenso de los grandes inversores del mercado pero que, como sus fundamentos continúan siendo muy buenos (y lo serán hasta que los balances nos digan lo contrario), nos encontramos actualmente ante una excelente oportunidad de compra que, si tenemos la paciencia suficiente como para aguantar invertidos durante este mal momento, nos permitirá más adelante obtener rendimientos sustancialmente superiores a los del Merval en su conjunto.

Algo que puede parecer llamativo del cuadro anterior es que afirma que hacer un análisis correcto en una acción que actualmente cuenta con el consenso del mercado no es algo deseable de realizar como inversor bursátil pero la razón de esto es bastante obvia: Si la acción es buena pero tiene actualmente el consenso del mercado, es evidente que mucho de su rendimiento futuro está actualmente descontado (e incorporado) en el precio y por lo tanto si invertimos en ella, a lo más que podremos aspirar es a un rendimiento similar al del índice (y si tenemos suerte).

¿Cómo hacemos entonces para ganarle en rendimiento al mercado? Sencillamente invirtiendo en buenas empresas que estén cotizando a precios de ganga. ¿Y cómo compramos buenas empresas a precios de ganga? Invirtiendo en ellas cuando el resto de los inversores quiera deshacerse de las mismas de tal manera que, por el hecho de comprarlas a un precio muy bajo, no perderemos mucho dinero si es que nuestro análisis estuvo equivocado pero, al mismo tiempo, ganaremos mucho si nuestro análisis resultó ser correcto.

¿Por qué comprar una empresa cuyo negocio está decreciendo y cuyas ganancias no son tan buenas como solían serlo? Las tres principales razones para hacerlo son:

  1. Es posible que la empresa tenga activos valiosos. Muchas veces, la “manada” vende las acciones de una empresa basándose en que una línea de negocio está teniendo un mal momento e ignorando completamente los otros negocios rentables que pueda tener además del dinero disponible en el banco y sus activos totales.
  2. Un mal negocio o un negocio cuyas ganancias han caído mucho durante los últimos balances pueden “darse vuelta” y convertirse en un buen negocio con renovadas ganancias y buenos márgenes de rentabilidad.
  3. Una compañía pobremente dirigida suele ser muy castigada por parte de los inversores pero al mismo tiempo esto motiva a sus accionistas a ejercer su poder como tales, votando en las asambleas para cambiar las malas políticas aplicadas o los malos dirigentes que llevaron a la empresa a la mala situación en la que se encuentra de tal manera que, con un management diferente y/o políticas empresariales diferentes, logren salir a flote luego de esa mala situación.

¿Por qué las acciones argentinas pasaron de estar muy caras en Enero a estar muy baratas apenas unos meses después? Esto, por supuesto, no es algo que le sucede solo a las acciones argentinas sino que sucede en todos los mercados del mundo pero particularmente en el nuestro, debido a la alta volatilidad que suele tener nuestra economía, pasamos de la euforia al pánico con mucha más rapidez que en el resto del mundo.

El argumento más fuerte que puedo dar es que las acciones tienden a moverse en ciclos de euforia/pánico o subvaluadas/sobre-valuadas debido a que los inversores sobre-reaccionan a causa de que tienden a extrapolar la situación actual de la empresa, ya sea esta buena o mala, proyectándola a futuro de manera directa como si todo fuera a continuar por el mismo camino y sin darse cuenta de que, en realidad, las ventas y las ganancias de una empresa suelen moverse en ciclos de tal manera que, altas ganancias suelen ser seguidas por ganancias promedio y altas pérdidas suelen ser seguidas, generalmente, por recuperaciones. Dicho en una frase: Cuando una empresa está teniendo un momento muy bueno o muy malo, lo que debemos hacer es mirar qué tal lo hizo durante el último año ya que lo más probable es que, sin importar lo buena o mala que sea la situación actual, las cosas tiendan a volver a la normalidad, siendo eso justamente lo que empuja los precios al alza o a la baja durante los momentos extremos de mercado.

Conclusión: Ni las empresas cotizantes del Merval eran tan buenas como nos lo hacían creer sus precios de Enero ni son tan malas como nos lo están haciendo creer sus precios actuales. La realidad seguramente debe estar en algún lugar del medio.

La reversión a la media de las ventas, ganancias por acción o del precio mismo de una acción en el mercado es algo inevitable pero que desafortunadamente no solemos esperar como inversores sino que, en nuestra mente, cuando la empresa está pasando por un gran momento, con ganancias crecientes de balance en balance y precios en sus acciones que no paran de romper récords, creemos que dicha situación continuará por siempre y que por lo tanto, no tiene sentido salirnos de esta inversión ya que seguramente, los precios continuarán subiendo sin techo pero, de la misma manera, cuando la empresa está pasando por un mal momento, con ganancias decrecientes o incluso con pérdidas de dinero en los balances, sucede que nadie quiere sus acciones y los inversores las ofrecen en el mercado a precios de oferta que a veces hasta llegan a ser tan bajos que parece como si realmente creyeran que dicha situación continuará por siempre y que la empresa terminará quebrando. Estas dos situaciones, como todos sabemos, raramente terminan sucediendo ya que, ni las ganancias crecen hasta el cielo ni los malos momentos duran para siempre, al menos en la gran mayoría de los casos y por lo tanto, es en esos momentos desbocados del mercado, tanto al alza (como el que vivimos en Enero) como a la baja (que estamos viviendo actualmente), en los cuales nosotros, como inversores, tenemos que aprovechar para tomar ganancias o comprar acciones, dependiendo del caso, y embolsarnos así unos rendimientos en nuestras inversiones que seguramente serán muy superiores a los del índice Merval en su conjunto.

Es increíble que actuemos de esta manera como inversores bursátiles pero la realidad es esta: Casi ninguna persona que esté mirando las ventas, las ganancias de una empresa o su precio en el mercado durante un momento de comportamiento extremo, ya sea alcista o bajista, piensa automáticamente en la reversión a la media de dicho indicador sino que automáticamente cree que la tendencia continuará como viene (alcista o bajista) e incluso se anima a extrapolar los resultados actuales para estimar los resultados futuros pero, como se imaginarán, este pronóstico raramente se cumple (como pasó, por ejemplo, con MIRG cuando tuvo ese 4T2015 impresionante y su precio no sólo subió de una manera impresionante sino que además en los foros se hablaba de las futuras ganancias, aún más alta que tendría la empresa durante los próximos trimestres, las cuales, como todos sabemos, nunca llegaron sino que la empresa sencillamente retornó a la media como vemos en el siguiente gráfico)

Debido a que estamos actualmente transitando uno de esos momentos excesivamente bajistas de nuestro mercado, luego de leer esto seguramente muchos se estarán preguntando: ¿Cuáles son las acciones que han llegado a precios exageradamente bajos en relación al valor intrínseco que tiene la empresa? Como lo vengo diciendo durante los últimos informes, mis preferidas en este momento son: MIRG, CEPU, TRAN, TGSU2, SUPV, OEST, IRSA. Otras acciones que considero como muy buenas pero que no tienen actualmente precios tan “deprimidos” son CVH, ALUA y TXAR pero además, teniendo en cuenta que somos emergentes, puede resultar interesante a modo de diversificación, invertir en las acciones más ponderadas de la cartera argentina que propone el MSCI a los fondos de inversión, a saber: GGAL, BMA, FRAN, PAMP, TECO2, YPF, CRES. En mi caso, hay varias de las acciones que mencioné al final que no me gustan pero que entiendo que pueden llegar a subir gracias al flujo de dinero que durante los próximos meses comenzará a ser invertido en esas acciones.

Eso sí, vale la pena realizar las siguientes aclaraciones:

  1. La inversión en estas acciones debe ser pensada para ser mantenida por al menos un año ya que comprar una acción para venderla dentro de unos meses a causa de que el precio ha subido o bajado un X% no es inversión es especulación y aunque, por supuesto, la especulación no tiene nada de malo en sí misma, haremos bien en llamar a las cosas por su nombre para que una persona no se crea inversor en bolsa cuando en realidad, se está comportando como un especulador.
  2. En una entrevista realizada el pasado mes de Febrero, Warren Buffett dijo que aquellas personas que son propensas a hacer idioteces cuando ven caer el precios de sus acciones jamás deberían haber invertido en ellas debido a que, evidentemente, no son capaces de tolerar la volatilidad del mercado y por lo tanto, teniendo en cuenta la alta volatilidad que vivimos en nuestras acciones durante los últimos meses, me gustaría recomendar enfáticamente que quien esté pensando en aprovechar estos precios de oferta para armarse una cartera de acciones, antes que nada se pregunte a sí mismo si sería capaz de tolerar una baja de un 20% o un 30% en el valor de su cartera y aun así mantenerse comprado ya que, si la respuesta es no, lo mejor sería que invierta en una Lebac o una Lete.

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