Merval: Acompañando la recuperación de Wall Street

* Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA

Esta semana cerramos un Octubre bastante malo, como estadísticamente sabemos que suelen ser los Octubres en los mercados y comenzamos Noviembre de manera alcista. Esto no sorprende mucho debido a que, estadísticamente, Noviembre suele ser un mes bastante bueno para los mercados y más aún cuando en el mismo se suceden las elecciones de medio término por el hecho de que estas suelen ser malas para el gobierno de turno (y parece que Trump no será la excepción ya que todo indica que perdería el control de la cámara de Diputados) pero a la vez suelen ser muy buenas para los mercados ya que si el presidente de turno pierde la mayoría automática en la cámara de representantes se anticipa una segunda parte de mandato más amigable con los mercados y con menos políticas intervencionistas por parte del gobierno a causa de que tendrá a una parte del poder legislativo en contra y por lo tanto le resultará más difícil promulgar leyes.

Todo parece indicar que Wall Street ha encontrado un piso, el cual, en el caso del SP500 se produjo en la zona de los 2.650 puntos y hasta ahora parece haber iniciado la recuperación gracias a la expectativa del inicio de la temporada navideña (Halloween Effect) pero aun así, me parece que todavía es muy pronto para cantar victoria debido a que, de las 10 empresas que más pesan en el índice, la mitad de ellas son tecnológicas (Apple, Microsoft, Facebook, Google x 2) y todo parece indicar que el mercado ha depositado expectativas excesivamente altas en los próximos resultados de los balances de estas empresas, con lo cual, en caso de que estos defrauden, correremos el riesgo de ver otra corrección semejante. De todas maneras, mientras que la misma consista en una baja menor al 10%, estaremos hablando de una corrección absolutamente normal dentro del movimiento de subas y bajas saludable de los mercados. Ahora bien, si la baja se profundiza y se extiende hasta el 20% ya sí estaremos hablando de una corrección mayor y correremos serios riesgos de iniciar un mercado bajista, con bajas mayores al 20%, algo que hace más de 10 años que no vemos en Wall Street. No tiene sentido asustarse antes de que este tipo de cosas sucedan pero aun así, conviene que mantengamos un ojo puesto en Wall Street debido a que, nos guste o no, es quien determina en rendimiento que finalmente terminará teniendo el mercado argentino.

En cuanto al Merval, tal y como suele suceder habitualmente cuando vienen de las bajas, las acciones bancarias son las que se caen primero para luego ser seguidas por las demás pero, de la misma manera, a la hora de la recuperación son las acciones bancarias las que también se adelantan a las demás y se recuperan primero, siendo esta semana una excelente muestra de eso, con un Jueves muy alcista en el Merval y con acciones bancarias que llegaron a subir más de un 10%.

Es imposible saber si finalmente hemos llegado al piso y efectivamente lo peor ya pasó o si, por el contrario, hay todavía más malas noticias por delante que todavía no han sido incorporadas al precio de las acciones pero de lo que sí estoy seguro es que, con la valuación que tienen al día de hoy, la gran mayoría de las acciones que componen el índice Merval están muy baratas (algunas más baratas que otras, por supuesto) y que, sin importar si el mercado argentino continúa cayendo o si efectivamente a partir de ahora sólo vienen subas, quienes compren a estos precios estarán invirtiendo en empresas muy baratas y con un gran potencial para 2019, en el caso de la gran mayoría de ellas.

¿Tiene sentido intentar adivinar en dónde estará el piso del mercado?

Llevamos varios meses de caída en el mercado accionario argentino e incluso, muchos de nosotros somos inversores que llevan meses y meses viendo continuamente caer el valor de sus carteras de acciones pero al mismo tiempo, durante el último mes fuimos testigos de cómo, poco a poco, la situación económica del país parece estar tranquilizándose, al menos desde el punto de vista cambiario y como sucede casi siempre cuando hay bajas fuertes en los mercados, en situaciones como estas resulta tentador imaginar que lo peor ya pasó (aunque todavía no ninguna prueba de ello) y creer que pronto vendrá la recuperación, razón por la cual es imperativo que, desde este momento, pongamos todo nuestro esfuerzo en tratar de predecir (y anticipar) si el mercado ha llegado al piso o si todavía le queda mucho por caer, de tal manera que podamos comprar lo más cerca posible del mínimo y sacarle así el mayor jugo posible a la próxima suba en el precio de las acciones gracias a que habremos comprado al principio de la suba y no cuando las acciones ya lleven semanas o meses de recuperación.

Creer que uno es más inteligente que el mercado y que puede, mediante alguna metodología, adivinar, predecir y anticipar en dónde estarán los pisos y los techos es lo que en psicología se conoce como el “sesgo de sobreconfianza (overconfidence)” el cual, dicho sea de paso, fue una de las razones por las que en 2002 le dieron el premio Nobel de economía a Daniel Kahneman y en 2017 a Richard Thaler.

Debido al hecho de que poder adivinar los pisos y techos del mercado sería una habilidad increíblemente lucrativa es que, en el ambiente bursátil, hay todo tipo de gurúes que predican al respecto y que incluso venden sistemas que, según ellos, predicen los próximos movimientos del mercado, incluso de un día para el otro, razón por la cual, en el ámbito académico hay también una extensísima cantidad de papers realizados durante los últimos 40 años que intentan demostrar mediante datos si efectivamente existe tal cosa como el llamado ‘market timing’.

Una de las primeras y más importantes investigaciones al respecto fue realizada en 1986 (fuente en el gráfico) y ya desde ese entonces demostraba, con datos, que la selección de los activos que integran nuestra cartera es, por lejos, el factor determinante más importante en el rendimiento de la misma y que el market timing a lo sumo explicaba un 1,7% del mismo, con lo cual, ya que tenemos un tiempo de vida limitado, es 91,9% más recomendable estudiar un libro sobre “asset management” que sobre “market timing”, por decirlo de alguna manera.

En el gráfico anterior vemos el resultado que hubiera tenido una inversión de u$s100 en el índice SP500 iniciada en 1961 y finalizada en 2017 pero además, vemos los rendimientos que hubiésemos obtenido si hubiésemos estado afuera del mercado durante los mejores y peores 25 días de mercado de esos 56 años (0,18% del tiempo que duró en total la inversión) y sinceramente el resultado es sorprendente ya que, como muestra el gráfico, la diferencia de rendimiento entre el SP500 (Buy and hold) y las inversiones que evitaron los mejores y peores 25 días es enorme y siendo que estamos hablando de apenas 25 días en un periodo de 56 años tenemos que aceptar que, quedarse líquido en la cartera en ciertos días clave, ya sean buenos o malos, tendrá un efecto increíblemente alto, para bien o para mal, en el resultado total que obtendremos de nuestras inversiones a largo plazo.

Conclusión: Las grandes ganancias en la bolsa no se producen en largos períodos de tiempo sino que se producen en períodos de tiempo relativamente cortos en los cuales el mercado, en su conjunto, detecta el verdadero valor y el potencial de una empresa y muy rápidamente lleva su precio actual hasta su valor intrínseco (o incluso más). Ahora bien, como nadie sabe cuándo sucederán esos excelentes períodos cortos de mercado en los cuales “haremos una gran diferencia” en nuestras carteras es que, en lugar de perder el tiempo intentando adivinar cuando el precio de una acción despegará y se irá a las nubes, es mil veces más recomendable que dediquemos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo a analizar una empresa y detectar si la misma tiene un negocio valioso, ventajas competitivas duraderas y un precio de ganga que en algún momento del futuro será detectado como tal por parte del mercado que rápidamente lo hará subir y lo llevará hasta un precio mucho más justo y nos permitirá, en ese momento, cosechar el fruto de nuestro esfuerzo haciéndonos con una maravillosa ganancia. Sobran ejemplos de esto en las acciones argentinas durante los últimos 3 años y también en Wall Street con NVIDIA, Apple y Tesla, por citar sólo algunas).

Esta tabla es una extensión del gráfico anterior y nos muestra que si hubiéramos iniciado una inversión en el SP500 en 1961 y la hubiésemos mantenido hasta 2017, el retorno promedio anual que hubiéramos obtenido fue de casi un 10% pero lo más interesante de todo es que, si por haber estado entrando y saliendo de las acciones nos hubiéramos perdido los mejores 81 días de mercado de los últimos 56 años, nuestro retorno total hubiera caído al 0%, y por lo tanto, quiero que noten la tremenda importancia que tiene para nuestras inversiones el hecho de que, cuando encontremos una buena empresa que esté cotizando a un precio de ganga, no la dejemos pasar y que invirtamos en ella sin especular si el precio puede continuar bajando o no ya que, si por esas casualidades, justo la acción llega a tener uno de sus mejores días de los últimos años mientras nosotros nos debatimos sobre si la compramos a estos precios o no, lo que va a suceder es que la acción subirá y nos quedaremos esperando, habremos perdido la oportunidad de comprar una buena empresa a buenos precios y obviamente, terminaremos entrando más tarde, principalmente movidos por la emoción, asumiendo mucho más riesgo, obteniendo un rendimiento potencial mucho menor e incluso, en muchas ocasiones, debiendo salir posteriormente perdiendo dinero por el hecho de haber comprado a precios caros.

En el gráfico anterior vemos los mejores y peores días de los últimos 65 años. En verde están son los correspondientes a la crisis financiera de 2008, en naranja los días correspondientes al crack del 87 y en azul la burbuja de la .COM.

¿Qué nos está diciendo este gráfico? Que cuando la volatilidad se apodera del mercado es cuando tenemos los mejores y los peores días de las acciones pero que, como dichos días no vienen todos juntos y ordenados sino que se nos dan mezclados de una manera absolutamente aleatoria e imposible de predecir es que, intentar en esa vorágine adivinar cuándo el mercado va a subir y cuándo a bajar es lo que justifica que muchas veces se nos llame “timberos” o apostadores a quienes invertimos en la bolsa ya que, en un momento como ese en el cual la volatilidad es dueña y señora del mercado, lo más importante que podemos hacer es quedarnos quietos evitando ser parte de la manada.

¿Acaso algún lector cree que, por ejemplo, durante la crisis de 2008 hubiera sido capaz de detectar cuáles iban a ser los días alcistas y cuales los bajistas? Prestemos atención a la tabla y veremos que los días más alcistas en la historia del SP500 sucedieron justamente en plena crisis financiera de 2008 pero aun así estoy seguro de que casi todos en la bolsa recordarán ese momento como uno de los más horribles para estar invertido en acciones y no como uno en el cual pudiste haber hecho un +11,5% en dólares en tan sólo un día.

El 31 de Diciembre de 2009, Wall Street Journal publicó un artículo titulado “Best stock funds of the decade” ( https://on.wsj.com/2DhHPlr ) en el cual detalló los rendimientos que obtuvieron los fondos de inversión durante la década 2000-2010 pero a su vez, nos hizo notar varias cosas muy interesantes:

  1. El rendimiento punta a punta del SP500 durante la década 2000-2010 fue prácticamente del 0%, lo cual es entendible ya que arrancamos la década con la burbuja de las .COM y la terminamos con la crisis de las hipotecas subprime en 2008 que, todavía en 2009, no se había terminado de superar.
  2. El mejor fondo de inversión de la década obtuvo un rendimiento anual del 18%, lo cual es impresionante, sobre todo teniendo en cuenta todo lo que pasó durante esos años.
  3. El inversor promedio de dicho fondo de inversión obtuvo, durante esa década, un resultado negativo del 11% anual.

Y ahora la pregunta es: ¿Cómo puede ser que el inversor promedio de un fondo de inversión que a lo largo de la década 2000-2010 obtuvo un rendimiento promedio anual del 18% haya terminado la década perdiendo dinero a razón de un 11% promedio anual? La razón es muy simple: porque los inversores compraban cuotapartes del fondo de inversión cuando el mercado estaba subiendo y las vendían cuando el mercado estaba bajando, con lo cual, entraban tarde cuando las acciones subían y vendían tarde cuando las acciones bajaban. La solidez de este dato me parece sumamente alarmante debido a que deja en evidencia que, si uno invierte creyendo que puede adivinar los movimientos del mercado y pone dinero cuando el mercado sube para luego sacarlo cuando el mercado baja es capaz incluso de “lograr” transformar el rendimiento positivo del mejor fondo de inversión de una década en un rendimiento negativo que, para colmo, ni siquiera le gana al índice de referencia.

Llevada al extremo, la ilusión de creer que es posible predecir los movimientos del mercado a corto plazo se encuentra manifestada por el llamado “day trading” el cual fue cobrando relevancia a medida que se popularizaron las plataformas de trading online y que básicamente consiste en ir entrando y saliendo de acciones u opciones dentro de la misma rueda para así ir capturando pequeñas ganancias (o pérdidas) que a la larga pueden llegar a componer un capital significativo (o al menos eso dicen quienes operan de esta manera) pero la realidad, una vez más, dista mucho de ser tan maravillosa ya que, según varias investigaciones (cuyas fuentes pueden encontrar al final de este artículo https://bit.ly/2DgARNG ), el 95% de los traders intradiarios terminan, a la larga, perdiéndolo todo y sinceramente, no los culpo, ya que todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas la ilusión de creer que es posible hacerse rico rápidamente y con poco esfuerzo así que “quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Pero entonces, ¿Cuál es la conclusión que podemos sacar? Si encontramos una empresa que tiene un buen negocio, que ostenta ventajas competitivas que no corren peligro de desaparecer durante el próximo año y que tiene un balance que nos muestra que está subvaluada no tenemos razones para dudar en comprarla, sin importar el momento en que nos encontremos ya que nadie sabe lo que sucederá mañana, tanto en la empresa como en el país y por lo tanto, estando situados en el día de hoy sólo podemos concluir que hay un 50% de probabilidades de que mañana el mercado suba y un 50% de probabilidades de que baje pero si hemos comprado acciones de una excelente empresa y las hemos comprado a un precio de ganga podemos estar seguros de que, a largo plazo, la probabilidad de que ganemos dinero y de que nuestro rendimiento sea superior a la inflación es prácticamente del 100%.

Aun así, el comportamiento general de los mercados financieros desde hace años nos viene diciendo claramente que la mayoría de la gente sólo invierte en acciones cuando el mercado está subiendo y no cuando este se está moviendo a la baja, por más baratas que estén las acciones ya que, siempre existe la tentación de creer que:

  1. El precio de la acción puede continuar cayendo.
  2. Somos capaces de adivinar el momento exacto en el cual el precio de la acción tocará el piso y rebotará.

Gracias a este tipo de pensamientos es que casi siempre entramos tarde en acciones que están en tendencia alcista y salimos tarde de acciones que están moviéndose en tendencia bajista así que, mi sugerencia es que cuando encontremos una oportunidad de compra, no la desperdiciemos sino que aprovechemos para comprar pero, de la misma manera, cuando consideremos que la acción que tenemos en cartera se ha vuelto cara, no dudemos en venderla a pesar de que el precio de la misma continúe subiendo ya que, cuando el mercado en su conjunto se dé cuenta de que la acción está cara, les puedo asegurar que la caída del precio no será escalonada sino que seguramente veremos un desplome.

Como dato colateral, quiero aprovechar para hacer notar que quienes más se benefician a costa de los creen que son capaces de predecir los movimientos del mercado a corto plazo son los brokers ya que, al estar comprando y vendiendo acciones u opciones constantemente, uno está haciendo rico a su broker gracias a las comisiones que éste le está cobrando, lo cual a su vez, eleva el umbral de ganancias totales que el inversor necesita obtener para que la inversión sea rentable ya que a las pérdidas que se sufren cada vez que no se acierta la dirección del mercado deben sumarse las comisiones pagadas al broker y lo mismo sucede con las ganancias que se obtienen cuando efectivamente el inversor adivina la dirección del mercado y aunque en circunstancias normales las comisiones pagadas son despreciables en relación al rendimiento total de la inversión debemos tener en cuenta que si estamos constantemente realizando operaciones de compra y venta, las comisiones comenzarán a crecer y a tener un peso cada vez más importante entre nuestras erogaciones de dinero por lo que, en estos casos, es algo que debemos tener muy en cuenta.

Cuando uno invierte en bolsa, lo más difícil de hacer es, sencillamente, quedarse quieto ya que, si hemos encontrado un puñado de empresas con las características que mencioné más arriba y encima las hemos podido comprar a precios de ganga, la parte más importante de nuestro trabajo ha terminado y por lo tanto, a partir de ahora, sólo nos resta esperar a que el mercado haga coincidir el precio actual de la empresa con el precio potencial que nos hemos planteado como objetivo (el cual, por supuesto, puede estar correcto o errado) pero mientras eso sucede, lo más razonable que podemos hacer es simplemente monitorizar la salud de las empresas en las cuales hemos invertido mediante sus balances, comunicados de prensa y noticias para así quedarnos tranquilos de que somos accionistas de empresas que están generando valor para sus accionistas.

La tentación de pasarse de una acción a otra, sobre todo en los momentos en los cuales el mercado se pone muy volátil, va a ser siempre muy alta y es por eso que es muy importante que siempre estemos seguros de las razones por las cuales hemos comprado lo que compramos ya que todos los datos nos muestran claramente que quienes compran buenas empresas a precios de ganga y no andan saltando de una acción a otra intentando predecir hacia dónde se moverá el precio durante la semana que viene son los que, a la larga, le ganan a todos los índices y ganan tanto en riqueza como en calidad de vida al invertir en la bolsa.

*Para quienes deseen profundizar más en este tema y mirar más en detalle los números que demuestran que intentar predecir el mercado a corto plazo es una causa perdida les recomiendo este paper: Market Timing. Opportunities and Risks (2016) por Wim Antoons.

Informe en video del Merval y Wall Street:

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