​Mercados: Continuan los records historicos en el S&p500 y el Merval en pesos

Por Leonardo Guidi de Grupo Carey SA

Terminamos una semana en la que, por primera vez en su historia, el S&p500 cerró una jornada por encima de los 3.000 puntos gracias a que, en las presentaciones que realizó Powell ante el congreso de EEUU respondiendo preguntas acerca de su gestión su discurso fue bastante ‘dovish’ y dejó completamente abierta la puerta a una baja de tasas para la reunión del 31 de Julio (De hecho, si miramos los futuros de tasas de interés que se negocian en Chicago veremos que actualmente el mercado le asigna una probabilidad del 0% a que la tasa de interés no baje luego de la próxima reunión).

Esto por supuesto, fue celebrado por el mercado con nuevos récords históricos a causa de que, menores tasas libres de riesgo se convierten en menores factores de descuento para flujos de fondos esperados de las empresas y por lo tanto en un aumento de sus valuaciones, incluso en aquellos casos en los que las perspectivas de ganancias de las empresas permanezcan iguales ya que, aunque la empresa en sí misma no cambie, lo que sucede es que, al bajar la tasa de interés disminuye el riesgo de financiamiento que brinda el entorno en el cual la empresa desempeña sus actividad y por lo tanto termina valiendo más.

Ahora que las acciones en EEUU están en los récords, nunca falta quienes anticipan bajas alegando que “está todo caro” y/o que las acciones ‘ya subieron mucho’ pero afortunadamente el mercado no suele escucharlos aunque, eso sí, no podemos negar que en lo que respecta a Wall Street hay en este momento miedo, cautela e incluso pesimismo con respecto al futuro, todo lo cual, es alcista para las acciones.

El miedo generalizado nos asegura más subas en Wall Street

Una de las famosas frases de Warren Buffett afirma que “debes ser temeroso cuando todos los demás con codiciosos y ser codicioso cuando todos los demás son temerosos” así que yo me pregunto: ¿Cómo está el ambiente ahora en Wall Street: temeroso o codicioso? Creo que nadie podrá negarme que la mayoría de los que aparecen públicamente hablando de mercado en medios y redes sociales están temerosos pero, como la historia nos lo demuestra, los mercados alcistas no terminan con inversores temerosos sino con mercados en euforia o con mercados que son golpeados por eventos externos negativos de muy alto impacto, como sucedió en 2008.

Cuando se trata de invertir en mercados de acciones, el miedo generalizado es nuestro gran amigo y un gran aliado por lo que, leer en las notas de los diarios y/o escuchar a la mayoría de quienes aparecen en medios y redes sociales afirmar que el mercado está muy caro o que ya subió demasiado es muy positivo para quienes estamos comprados en acciones. ¿Por qué? Porque el mercado incorpora inmediatamente en los precios de las acciones toda aquella información que está públicamente disponible para todos a través de los diferentes medios que están a nuestro alcance y por lo tanto, es necesario que entendamos que, cada vez que vemos en titulares, tweets o canales de televisión malas noticias o análisis que pronostican un futuro negativo para los mercados, esa información ya ha sido automáticamente incorporada en los precios, y más aún en nuestros días en los que abundan los algoritmos que leen noticias, hacen ‘sentiment analysis’ polarizándola como positiva, neutral o negativa y compran o venden en consecuencia tardando una milésima de segundo en todo el proceso.

Pensemos por un momento en todos los miedos que andan circulando entre los inversores de acciones de todo el mundo: Conflicto EEUU-China, las tasas de la FED, la desaceleración económica de EEUU, la curva de tasas invertida, los conflictos con Irán, el estancamiento de la Unión Europea, el Brexit, la posible recesión en EEUU, la cantidad de deuda corporativa emitida durante los últimos años, etc, etc, etc, y ahora utilicemos la lógica por un momento para afirmar que, si yo desde Argentina estoy hablando y haciendo análisis de estos temores, con mucha más razón los portfolio managers de EEUU, que tienen equipos enteros de profesionales dedicados a esto están completamente al tanto de ellos, los han medido, han estimado sus consecuencias y han actuado al respecto, comprando o vendiendo dependiendo de sus conclusiones. A causa de esto, es de sentido común afirmar que todos los miedos anteriormente mencionados ya se encuentran incorporados en el precio de las acciones y por lo tanto, cualquier noticia que venga un poco mejor a lo esperado es alcista.

Por ejemplo, dado lo que se espera del conflicto EEUU-China, cualquier anuncio de acuerdo será alcista (y todos sabemos que el acuerdo eventualmente llegará); dada la expectativa de recesión, un poco de crecimiento económico, incluso aunque sea leve, será alcista; dadas las bajas expectativas de ganancias de las empresas, será mucho más probable que los balances vengan mejor a lo esperado y empujen los precios al alza, no tanto a causa de lo bien que marchan las empresas sino más bien a que las expectativas que se tienen con respecto a sus ganancias son bajas y un largo etcétera.

Todavía es momento de estar comprados en Wall Street ¿Cuándo debemos comenzar a preocuparnos? Cuando veamos que el ‘muro de preocupación’ que actualmente atraviesa Wall Street se desvanece, cuando veamos que las encuestas que miden el sentimiento de los inversores derrochan optimismo (estamos muy lejos de ello), cuando los titulares de diarios y TV recomienden acciones en lugar de advertir sobre las posibles bajas en los mercados, cuando se ridiculice y se critique en las redes sociales mayormente a aquellos inversores que están bajistas y no alcistas, cuando la mayoría de los inversores manifieste principalmente miedos a perderse la próxima suba y no a sufrir pérdidas, entonces será tiempo de pensar en tomar ganancias y mirar a las acciones desde afuera.

Para poder aprovechar en nuestro favor la euforia y el pánico de los mercados es necesario entenderlos y verlos venir, lo cual suena lógico pero es muy difícil de llevar a la práctica a causa de que los sentimientos se contagian y es muy difícil, por ejemplo, estar fuera del mercado cuando los inversores están eufóricos y las acciones no paran de subir, como también es muy difícil comprar acciones cuando a nuestro alrededor todos las venden y los precios no paran de caer pero, si somos capaces de pensar de manera diferente y entender lo que ese sentimiento extremo está reflejando, seremos capaces de cosechar enormes beneficios cuando la situación regrese a la normalidad.

En este momento, no hay euforia ni pánico en los mercados pero sí hay miedo y si sabemos aprovecharlo seremos capaces de obtener excelentes rendimientos en las acciones de Wall Street a pesar de que, a nuestro alrededor todos continúen advirtiendo que ‘el fin está cerca’.

¿Por qué el mercado continúa pesimista si el S&p500 ya recuperó todo lo perdido en Diciembre y continuó subiendo?

Para entender esto, tenemos que recurrir a la teoría prospectiva de Daniel Kahneman, el psicólogo que en 2001 recibió el premio Nobel de economía por demostrar que el supuesto que solía hacerse en los modelos financieros y que afirmaba que los inversores eran seres racionales estaba errado.

Concretamente, Kahneman recibió el Nobel por ser el creador, junto a Tversky, de la llamada ‘teoría prospectiva’ la cual afirma que “cuando invertimos, las pérdidas nos duelen mucho más de lo que nos alegran las ganancias, incluso en los casos en los que el porcentaje ganado y perdido sean los mismos”.

Kahneman y Tversky hicieron estudios de campo y descubrieron que, tomando como punto de referencia el precio de compra de una acción, bono o un bien tangible, ganar $100 mediante la inversión, como muestra el gráfico anterior, nos afecta positivamente en una proporción mucho menor de la que nos afecta negativamente perder $100. O sea, aunque racionalmente la ganancia y la pérdida eran iguales, emocionalmente se sentían de manera muy diferente dentro de la mente del inversor, lo cual da como resultado que, cuando invierte, la gente suele ser conservadora cuando gana pero muy arriesgada cuando está perdiendo.

¿Qué sucedió a fines de 2018? Como vemos en el gráfico del inicio, el S&p500 experimentó una baja muy fuerte en Diciembre con rebote en forma de V pero, tal como afirma la teoría prospectiva, incluso después de haber retornado al punto en el que el índice había recuperado todo lo perdido, el inversor promedio no se sentía tan bien como se sentía en Diciembre antes de la baja (porque la baja le dolió mucho más de lo que lo alegró la recuperación) y por lo tanto, aun después de haber recuperado todo lo perdido, el sentimiento general en el mercado era de pesimismo y malestar y, según la teoría prospectiva, se mantendrá vigente a causa de que sólo puede ser revertido y transformado en optimismo después de que el mercado les brinde a los inversores subas adicionales en el orden del 5% al 10% que les permitan justificar cualquier sentimiento de optimismo. Sólo después de estos ‘argumentos para recuperar el optimismo’, y muy poco a poco, el optimismo irá regresando a la comunidad inversora. Es justamente en este tipo de escenarios en lo que, si nosotros somos conscientes de lo que está pasando podemos estar comprados de antemano y capturar así los excelentes retornos que suelen otorgar este tipo de recuperaciones, los cuales además seguramente serán superiores a los que suelen obtener los inversores promedio que se asustan y salen ante el primer indicio de baja.

Entender el sentimiento que reina en el mercado y animarse a actuar como ‘contrarian’ es muy importante si es que queremos sobrevivir en el mundo de las inversiones bursátiles.

Por el lado de Argentina, esta semana tuvimos la triste noticia de que Petrobras (APBR) anunció sus intenciones de dejar de cotizar en Argentina, lo cual está sujeto a la decisión de la asamblea que tendrá lugar el próximo 8 de Agosto y que, de concretarse, se sumará al también posible deslistado de Tenaris que provocará la salida de dos grandes e históricas acciones que en tu tiempo supieron ser estrellas del Merval. Una verdadera lástima que nos habla a las claras de que tenemos un mercado financiero ínfimo que brinda cada vez menos alternativas de inversión para quienes desean invertir en empresas.

Pasando concretamente al Merval, vemos que durante esta semana el índice ha alcanzado un nuevo récord histórico en pesos a la vez que también recuperó los U$S1.000 y si hacemos un poco de análisis técnico veremos que, aunque las medias móviles de 5 y 13 ruedas continúan marcando subas, el índice se encuentra actualmente tocando el techo del canal alcista que el Merval viene respetando desde principios de 2016, con lo cual, tenemos razones para creer que puede venirse una toma de ganancias, aunque se pequeña.

Esta semana entramos ya de lleno en campaña electoral y por ahora lo único que podemos sacar en claro de las encuestas es que esta será un elección muy pareja y que todo parece indicar que, como la diferencia entre los dos principales candidatos es tan pequeña, terminará siendo el voto de los indecisos el que finalmente decidirá la elección en el ballotage, aunque también es cierto que la única “encuesta” fiable que verdaderamente nos brindará información al respecto será la que constituyan las elecciones primarias de Agosto; hasta entonces, cualquier pronóstico al respecto es mera especulación.

¿Tiene sentido comprar acciones argentinas? Por supuesto que sí, sobre todo las del sector bancario y prestadoras de servicios de gas y electricidad pero, por supuesto, esto es viable siempre y cuando nuestras expectativas para 2020 sean las de un país que vuelve a crecer económicamente después de dos años de caída en el PBI y que honra sus compromisos de deuda ya que, de lo contrario, si por ejemplo esperamos un escenario 2020 de default, controles de capitales, congelamiento de tarifas, estadísticas intervenidas y gasto público financiado con emisión monetaria, lo mejor será que directamente abandonemos las acciones y nos refugiemos en activos dolarizados.

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